El Villarreal CF atraviesa una delicada situación en la tabla clasificatoria. Cuando un equipo está planificado y confeccionado para ser competitivo en Liga, Europa League y Copa del Rey, pero vienen mal dadas, sin duda, la plantilla se resiente, en especial en lo anímico. El Submarino es esta temporada un claro ejemplo.

A excepción del torneo europeo, donde está cumpliendo con creces las expectativas —fue primero en la fase de grupos y está en cuartos de final—, ni en la competición doméstica ni en el torneo copero está rindiendo como se esperaba inicialmente.

Pero el gran problema, para el club en general, radica en la mala marcha clasificatoria en Liga, coqueteando con el descenso desde hace meses. Demasiada carga, psicológicamente hablando, para unos futbolistas acostumbrados a pelear por la zona alta.

MEJORÍA CON CALLEJA / Tras ser destituido y el intento fallido de Luis García Plaza, Javi Calleja fue repescado por Fernando Roig con la idea de sacar al Submarino del bache futbolístico y mental en el que se encuentro. Y cierto es que desde el regreso del actual técnico amarillo la mejoría mostrada por el equipo es notable.

En Europa han eliminado con solvencia a Sporting de Portugal y Zenit de San Petersburgo. Mientras que en LaLiga han ganado a Sevilla, Levante y Rayo, con empates ante Espanyol, Valladolid y Barcelona. Pero, pese a todo, no han podido salir de abajo.

Derrotas ante el Atlético y el Alavés, y en especial la del pasado sábado en Vigo ante el Celta, tras ir ganando 0-2, sigue encendiendo la luz de alarma en el seno de la entidad amarillo.

ANTE EL BETIS / Ahora, tras ver cómo el Barça también le igualó una ventaja de dos tantos (ganaban 4-2 y terminó 4-4), el Villarreal debe refrendar el próximo domingo ante el Real Betis los aspectos positivos de las dos últimas jornadas, la gran primera parte ante el Celta y la hora de buen fútbol que protagonizó ante el conjunto azulgrana, al que levantó un 0-2 para ceder la igualada en la última jugada.

Eso y corregir las lagunas defensivas y una fragilidad atrás que parece más de índole psicológica que futbolística.