El Real Madrid firmó por primera vez un triunfo contundente y sin sobresaltos en el Santiago Bernabéu, goleando a un Leganés desfigurado y sin espíritu competitivo, que se llevó cinco y pudo recibir un castigo aún mayor en la noche más plácida del curso para el equipo de Zinedine Zidane.

Al fin un partido tranquilo en el Bernabéu para el Real Madrid. Sentenciado en diez minutos. Sin las dudas en escenarios similares ante Levante y Granada. Mostrando la contundencia deseada y sin fisuras defensivas, ante un Leganés que pensó que no era su guerra, con la mirada puesta en el Eibar y sus partidos en Butarque para encontrar una reacción que le saque del último puesto.

La apuesta de Zidane por Rodrygo encuentra su premio con rapidez. A su estreno con gol en el primer balón que tocó con el Real Madrid, le sumó una nueva aparición tocado por la varita. Era el minuto 7 cuando pisaba área por primera vez y marcaba. Benzema ponía el pase a la irrupción por sorpresa de la joven perla brasileña que demuestra que tiene más gol que Vinicius.

A partir de ahí se vivió un recital por parte del conjunto local, que sin apenas imprimir un ritmo demasiado elevado tuvo contra las cuerdas a su oponente en todo momento y le castigó con otros cuatro goles más que pudo haber sido alguno más. Kroos, Ramos, de penalti, el delantero francés y Jokic fueron los autores de los otros goles.