Los gitanos dicen que para sus hijos no quieren buenos comienzos. El Villarreal puso su primer pie en la Europa League 2015/16 en Viena con una derrota que escoció, con un once con hasta nueve no habituales respecto a la Liga. Partía como favorito indiscutible del grupo que compartía junto al Rapid, Plzen y Dinamo Minsk y concluyó segundo, lo que desencadenó en un camino tortuoso y lleno de espinas. Y desde aquel 17 de septiembre el Villarreal no ha conjugado el verbo perder en Europa, con una trayectoria tan sobria como notable, dejando fuera en los cruces a dos equipos de un gran potencial: Nápoles y Leverkusen. Además, las sensaciones han sido, incluso, mejores que los resultados, pasando con más facilidad de la esperada.

El Villarreal ha fundamentado gran parte de su fuerza europea en el efecto Madrigal. Un estadio que se transforma cuando suena la música de Europa y que parece embeber a sus jugadores de una pócima especial que les convierte en invencibles. “En las anteriores eliminatorias fue clave el marcador de la ida; intentaremos que se repita la historia”, recuerda Mario. Cinco partidos en casa y cinco victorias. Un poder que también han sufrido los grandes de la Liga. Ninguno ha logrado ganar en un fortín que se asemeja a la pequeña aldea gala de Astérix y Obélix, irreductible para los gigantes del imperio romano. La composición del elixir de Astérix, en versión grogueta, es tan sencilla de elaborar como difícil de conseguir: compromiso, ambición, talento, actitud y una entrega incuestionable, además de una gran dosis de motivación. “Una oportunidad como esta para estar en una final no sabes cuándo va a volver”, apunta Mario.

El Submarino alineará el mejor once de gala en funciones, porque las bajas (sanciones y lesiones) han dejado mermado a un bloque que se dejó la piel en Eibar y que deberá pelear el domingo ante el Getafe para perseguir otro de sus grandes objetivos: la plaza de Champions.

La gran novedad de la lista es la presencia de Jaume Costa, aunque es poco probable que el lateral zurdo juegue de inicio. Jonathan, cuya vuelta se apunta como cercana, junto a Musacchio y Rukavina --sancionado-- completan la lista de bajas, con Bruno entre algodones. Pero que nadie dude que el Brujo saltará al Madrigal con el brazalete. Las X del once se centran en la portería, el mediocentro que formará junto a Bruno y el compañero de Soldado. Los nombres más probables que resolverán estas incógnitas serán los de Asenjo, Trigueros y Bakambu, aunque Marcelino no facilitará el once hasta los 75 minutos antes del partido, tal y como obliga la UEFA.

La ilusión del Villarreal de disputar su cuarta semifinal es tan grande como la del Sparta, uno de los tapados que ha dejado fuera al Krasnodar y al Lazio. Para ganar al subcampeón checo será necesario un Villarreal al 100%, alentado por un estadio impregnado del ambiente mágico del Madrigal europeo. El Sparta de Praga es el penúltimo peldaño para estar en Basilea el 18 de mayo. El sueño continúa... H