La Universitat Jaume I (UJI) es una de las más prestigiosas del ámbito educativo nacional. A muy pocos kilómetros del campus de la carretera de Borriol, en la Ciudad Deportiva de Miralcamp, se estudia un grado con no menos prestigio que los de la UJI, pero para porteros de fútbol. El rector se llama Jesús Unanua y ha logrado que por su cátedra hayan pasado guardametas de primerísimo nivel. Este exportero navarro, vocacional de su profesión, no fue el típico niño desencantado de no ser el más habilidoso con el balón en el cole. No se colocaba entre dos piedras ubicadas a modo de simulados postes para escenificar una portería de las de antes en cualquier descampado de España por obligación para poder jugar a fútbol con sus amigos. No, él decidió ser portero desde los 3 años, compaginando con el judo, especialidad en que es cinturón negro y tercer dan, y hasta que se retiró a los 40 años después de una larga carrera por Osasuna, Albacete, Villarreal, Leganés, Xerez, Elche y Alicante.

TRADICIÓN DE BUENOS PORTEROS // El Villarreal ha sido siempre un club con tradición de buenos porteros y de contar con técnicos específicos en esa parcela. Unanua tomó el testigo de Enrique Basauri y ahora ha creado una de las cátedras más prestigiosas del fútbol español. Un auténtico profesional que sabe hacer muy bien su trabajo. Al margen de guardametas como Diego López o Areola, Juan Carlos, Mariño, Palatsí, Ortolá y Aitor Fernández han pasado por su manos y hoy son profesionales en España. «Los porteros siempre se han cuidado mucho en el Villarreal por grandes entrenadores que hemos tenido y tenemos», afirma Unanua.

TITULACIÓN ESPECÍFICA // La portería también tiene sus secretos y su titulación específica. «Es un carnet federativo que se saca durante un curso de un año en Las Rozas y que está reconocido. También soy entrenador, pero lo mío, y lo que me gusta, es trabajar con los porteros», explica este navarro que vive al máximo su profesión. El fútbol se ha modernizado y profesionalizado. Antes los porteros apenas disponían de un trabajo específico. «Sí, pero desde hace unos 15 años todo cambió. En el norte fuimos pioneros en eso. Arconada, Iribar, Zubizarreta no salieron por casualidad sino porque había una figura que se dedicaba a trabajar con ellos. Recuerdo cuando salí de Osasuna y fui al Albacete, a los porteros nos chutaba el primer entrenador Julián Rubio y tenías que dar las gracias porque un día a la semana te prestase atención. Ahora es todo más profesional», explica.

ENTRENE MÁS METÓDICO //«Antes la calidad del portero era natural. No se trabajaba. Ahora se le entrena, se graban imágenes de entrenamientos, partidos, cortes específicos y se corrige individualmente», asegura Unanua.

La agenda de un portero en el día a día es diferente a la de un jugador: «Sí, aunque Calleja lo está intentando integrar mucho en el grupo en los rondos, posesiones, calentamiento... aunque al final yo me quedó con los porteros casi todos los días. Por ejemplo, el míster da mucha importancia al juego de pie y por ello quiere que trabaje con todos», subraya.

El mito de que un portero entrena menos que el resto no es real para Unanua: «En un partido puede que sí, pero entre semana su trabajo es mayor y más duro. Te caes, te levantas... En competición la fatiga es más psicológica, porque debe estar siempre concentrado. Puede perder entre kilo y medio y dos». ¿Y cuando el rival no llega al área? «El portero debe comunicarse mucho con los compañeros, colocar a la defensa... y así te mantienes metido en el juego», asevera Jesús.

EL PORTERO IDEAL // ¿Cuál es el portero ideal? Es la pregunta del millón que Unanuna intenta desvelar: «Debe tener una gran concentración, buen juego de pies, colocación, blocaje, técnica de manos, comunicación con los compañeros... Y se dice que alto, pero yo como no lo quiero para desfilar, guapo y alto me da igual, lo prefiero activo, completo y que viva el partido», analiza con gesto serio. No duda cuando se le cuestiona por la faceta más difícil: «El juego aéreo».

LA DURA COMPETENCIA // ¿Y cómo se lleva la competencia entre ellos? «Es complicado, con la suerte de que los nuestros se llevan muy bien. La labor del técnico que trabaja con ellos es clave porque es normal que todos se vean mejores que sus compañeros, siempre con respeto y a la vez eso es bueno porque la competencia es sana, pero tienes que mantener metido a los que no juegan», recuerda el auxiliar de Calleja.

Unanua recuerda su primera experiencia profesional como preparador de porteros con Diego López: «Fue un hueso duro de roer, como un máster. Se exige y exige a los demás. A veces llegaba a casa y me ponía a llorar, pero se lo agradezco mucho porque me hizo crecer como entrenador».

AREOLA, PORTERO ‘TOP’ // Y conserva un grato recuerdo de Areola. «Cuando llegó nos generó dudas a todos. Marcelino se hacía cruces. Físicamente le veías portero, ágil, potente, rápido, pero tácticamente y en colocación no era bueno. En poco tiempo mejoró muchísimo. Mantenía una relación estrecha con él, porque en lo personal era un 10 en educación y corrección. Para mí, ahora está entre los cinco mejores de Europa. Es top», dice sobre el portero actual del PSG.

ADMIRA A JUAN CARLOS // Y por último su admiración por Juan Carlos, uno de los héroes del último ascenso. «Es un porterazo técnicamente. Es un fenómeno y muy currante. A veces se le iba la olla y tuve que trabajar mucho con él psicológicamente. Mi recuerdo de él es excelente. Fue uno de los hombres claves en la vuelta a Primera», concluye Unanua, catedrático de porteros en la universidad de Miralcamp.