Hay una frase hecha en valenciano que dice De ponent, ni gent, ni vent. De la gente nada que decir, porque gente buena y mala la hay en todas partes. Lo del viento es más molesto; y más aún por estas tierras. Ayer, Eolo sopló en contra y molestó en la segunda parte. Pero ni el viento, ni el corazón del Málaga más que su efectividad, como dijo Javi Gracia, pudo con la solidez y la competitividad de un Villarreal bien armado.

Pero la mejor racha es la del juego que exhibió el Villarreal, que suma y sigue. Van 11 partidos sin perder, y sumando un récord de puntos a estas alturas. Lo mejor es que el Villarreal demostró que se encuentra en plena recuperación colectiva e individual. Una piña grogueta se amontonó sobre Soldado cuando marcó. Todos los compañeros, todos, se agolparon sobre él, demostrando el cariño que le tienen y su jerarquía. Soldado ayer sí que cogió su fusil, aunque el partido merecía un mejor marcador. Areola apareció en la jugada clave, en un mano a mano cerquita de la raya de gol. Marcelino, que celebró su partido 100 en Liga con un triunfo, le dio la titularidad a Baptistao; un hombre más que se suma a la causa. Un refuerzo más a la espera a la espera de la inminente aparición de Adrián, mientras Bakambu tuvo muchos minutos de descanso.

El Villarreal ganó con un marcador corto, pero sumó en efectivos, juego y fe. Muchas variables para hacer que el viento sople a favor en las semanas claves que se aproximan. H