En una de sus campañas más complicadas de los últimos tiempos, la pasada, en la que se escaparon 34 puntos, La Cerámica pudo acabar el anterior curso con una alegría para poner cierta dosis de dulzor a una temporada amarga, en la que los de Javier Calleja necesitaron siete encuentros ante su afición para celebrar su primer triunfo en la Liga. Esta vez, los amarillos no quieren hacer sufrir tanto a su parroquia y están dispuestos a no hacer esperar más la felicidad. Reforzados por el 0-3 de la pasada semana en Leganés —primer triunfo de la Liga 2019/2020 — y por un funcionamiento colectivo que permitió dejar a cero, también por primera vez esta temporada, su portería el Villarreal recibe este mediodía (13.00 horas, Movistar LaLiga) al Valladolid con la intención de sumar de tres y aspirar a incrustarse al final de la jornada en unas plazas europeas que hace mucho que no toca.

Los groguets llegan en buen momento a una cita que hay que afrontar sobre aviso por un doble motivo. El Valladolid de Sergio González ya fue capaz de vencer la pasada temporada, contra todo pronóstico, en La Cerámica, entonces beneficiándose del acierto de un Leo Suárez que ahora está en el bando contrario —aunque, de momento, no ha podido pasar de la grada en la competición oficial—; tampoco tendrá hoy el técnico pucelano al otro vestigio amarillo de la anterior campaña, el turco Enes Ünal, que vuelve a tener vetada su presencia en el feudo villarrealense por deseo del club que todavía ostenta su propiedad.

También es un hecho que obliga a mantener alta la alerta el hecho de que el rival de esta tarde ha sumado cuatro de sus cinco puntos —los mismos que el Villarreal— lejos de su estadio, incluyendo un triunfo de mérito en el Villamarín (1-2) y una igualada no menos meritoria en todo un Santiago Bernabéu (1-1).

Pendientes de si la lluvia hace acto de aparición o no durante el partido, todo apunta a que la grada de La Cerámica arropará convenientemente a los suyos para obtener como premio un triunfo. Así lo confiaba el vicepresidente Llaneza el pasado jueves, dando un voto de confianza a un horario, el de la una de la tarde, «mejor que muchos otros» para atraer a familias al estadio. Y también Calleja: «Tenemos una pequeña deuda con la afición y para saldarla la necesitamos a nuestro lado».