El conflicto salarial de Air France, que ayer vivió su decimocuarta jornada de huelga, ha derivado en una fuerte crisis del grupo franco-holandés con la dimisión de su presidente, Jean-Marc Janaillac, y la consiguiente incertidumbre, que ha provocado un bajón en bolsa de sus acciones.

Los títulos de Air France-KLM se dieron ayer un batacazo en la bolsa de París, con un desplome que llegó a ser del 14% sólo 45 minutos después del inicio de la sesión, aunque se moderó más tarde: la caída se situó en torno al 11% a media sesión. Esa fue la primera reacción del mercado al estupor causado por el anuncio de dimisión del presidente, Jean-Marc Janaillac, tras el revés que sufrió el viernes con los resultados de la consulta a los trabajadores que él mismo había organizado.

Janaillac había puesto en juego su cargo, confiado en que los trabajadores de Air France respaldarían su propuesta de un aumento de los sueldos del 2% este año y del 5% suplementario en los tres siguientes porque el seguimiento de los paros había sido minoritario. Sin embargo, los empleados no sólo participaron masivamente (80,33%), sino que se pronunciaron mayoritariamente (55,44%) contra el presidente. La plantilla, tras siete años de congelación salarial, se considera con derecho para recibir una parte de los beneficios del 2017.