El Banco de España aboga por incorporar esquemas de flexibilidad interna en las empresas que favorezcan «ajustes de las condiciones laborales» para determinados colectivos mayores, y un aumento de la formación continua para controlar la caída de la productividad y mejorar la empleabilidad de los mayores ante la dificultad de cambio de tareas y puestos con elevada intensidad física, como agricultura, comercio, hostelería o servicio doméstico.

Así se desprende de un artículo analítico elaborado por el organismo supervisor sobre Envejecimiento, productividad y situación laboral, en el que analiza cómo varían la participación laboral y el tipo de trabajo realizado con la edad.

Utilizando datos del Programme for the International Assesment of Adult Competencies de la OCDE, se constata que al envejecer se van deteriorando en las personas habilidades relacionadas con la capacidad para realizar trabajo físico, la comprensión lectora y numérica o el uso de nuevas tecnologías. En cambio, la experiencia laboral parece favorecer, en mayor grado, el desarrollo de tareas relacionadas con la habilidad de organización, revisión del trabajo ajeno y planificación, por lo que los trabajadores en edades cercanas a la jubilación estarían más capacitados para proseguir sus vidas laborales en puestos que requieran un mayor uso de estas habilidades.

CAMBIO DE TAREAS / Para el Banco de España el cambio en las habilidades de las personas con la edad sugiere la conveniencia de «poder reasignar las tareas de los trabajadores para que puedan seguir manteniendo una carrera laboral productiva». Independientemente del sector en el que se desarrolle su trabajo, para poder llevar a cabo este cambio de tareas dentro de la misma empresa ve necesario «un mayor grado de especialización de los cometidos que realiza cada trabajador», algo que es más sencillo de llevar a cabo en empresas de más tamaño.

El organismo advierte de que la dificultad de cambio de tareas es «especialmente relevante» en una economía como la española, que presenta un alto porcentaje de empresas pequeñas, con especialización en determinados servicios con elevada intensidad física, como la agricultura, el comercio, la hostelería o el servicio doméstico. Ante estas circunstancias, el Banco de España aboga por incorporar «esquemas de flexibilidad interna en la empresa que favorezcan ajustes de las condiciones laborales para determinados colectivos mayores, como salariales, horarias o de jornada», así como explorar posibles cambios en los esquemas de jubilación para incorporar determinadas especificidades relativas a las habilidades requeridas en distintos sectores y ocupaciones. También ve necesario ampliar los cursos de formación continua para retrasar el deterioro laboral.

Según el organismo, esto favorecería una menor caída de la productividad y un mayor grado de empleabilidad del colectivo de trabajadores de más edad.