Las nuevas condiciones contractuales y las comisiones asociadas, así como la atención al cliente y el funcionamiento diario son las principales preocupaciones que los clientes de Castellón muestran ante la fusión entre Bankia y CaixaBank a la que ayer dieron luz verde los respectivos consejos.

Así lo explicaron diferentes usuarios preguntados por este periódico y, suscribieron desde la Unión de Consumidores de Castellón: «Nos preocupa el cierre de oficinas, ya que durante los últimos meses hemos recibido muchas quejas relacionadas con la atención», declaró su secretario general, Juan Carlos Insa, a la vez que instó a «vigilar las modificaciones de contrato fruto de la unión al tener que mantener las condiciones actuales».

No obstante, Insa mostró su optimismo ante la «oportunidad de que se impulsen medidas para aumentar la presencia en localidades que tienen falta de atención por su baja densidad de población al tener el estado participación y representación en el accionariado del banco resultante».

Y es que, la suma de ambas entidades acumulará un total de 90 oficinas en la provincia, con 58 de Bankia y 32 de CaixaBank, así como en el caso de su plantilla alcanzará los 504 trabajadores, con 311 de Bankia y 193 de CaixaBank, siendo la primera la que mayor presencia a nivel de oficinas y empleados tiene ahora en la zona.

Expectación

Desde Comisiones Obreras, sindicato mayoritario en ambas entidades, aguardan en estos momentos a conocer el plan estratégico del proceso, al ser conocedores de «la duplicidad existente entre algunas de las oficinas». aunque el secretario general de Servicios Financieros, José Julio Esteban, concretó que «defenderemos que la empresa sea viable para que el empleo permanezca y que las salidas que haya que realizar se produzcan de una forma acordada y no traumática».

En cambio, el hecho de que la entidad que surja de la fusión se mantenga en la Comunitat Valenciana fue aplaudido ayer por el ámbito político y empresarial de la autonomía. El president de la Generalitat, Ximo Puig, afirmó que «es una decisión que han tomado las dos entidades bancarias y habla de la reputación del territorio valenciano», valoró.

«En el pasado las cajas valencianas desaparecieron, desafortunadamente, pero hoy es una buena decisión que este banco, heredero de la filosofía de estas cajas, continúe aquí», añadió Puig. Unas palabras que suscribió el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, que destacó que «tener la sede social aquí es un intangible muy importante».

Mientras, el comité ejecutivo de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) calificó de «hito histórico» el acuerdo: «Entendemos que el hecho de que la Comunitat sea estable, emprendedora y comprometida con la sociedad, además de otras cuestiones, ha pesado en la decisión», aseguró en un comunicado el presidente de la CEV, Salvador Navarro.

Habrá que esperar pues a que sendas asambleas de los accionistas den su visto bueno a lo largo de las próximas semanas y a que los propios bancos concreten la estrategia con la que se materializará el anunciado matrimonio entre Bankia y CaixaBank.