Un cúmulo de factores han llevado al colapso de Thomas Cook, una de las agencias de viajes más antiguas del mundo, con casi 180 años de historia. En junio del 2007 se formó el grupo actual, fruto de la fusión de Thomas Cook AG (sucesor de Thomas Cook&Son) y el grupo MyTravel, y empezó a cotizar en las bolsas de Londres y Fráncfort. En los últimos años acumuló deuda, a lo que se sumaron problemas como las fluctuaciones de las divisas, los desastres naturales o el brexit.

1 Un problema

de dentro

Desde la compañía se echa la culpa a la inestabilidad política de algunos de sus destinos como Turquía o Túnez, a la ola de calor vivida en verano, así como la caída de la libra esterlina y el retraso en las reservas de viajes de los turistas ante la incertidumbre del brexit. Pero los más graves problemas del gigante turístico británico han sido sobre todo internos.

2 Un precedente

hace 8 años

La compañía ya estuvo al borde del colapso hace ocho años, cuando contaba con 2.000 millones de deuda en su haber. Hubo entonces una inyección de dinero por parte del Banco de Escocia y de los accionistas, a los que se pidió 425 millones de libras para reformar la firma. Thomas Cook, con 105 aviones propios y 200 hoteles, ofrecía destinos a una quincena de países. Se había especializado en paquetes de vacaciones con todo incluido, un modelo, muy popular durante una época, pero que se había quedado obsoleto, en la era de las aerolíneas a bajo coste y la posibilidad de reservar uno mismo alojamiento en internet.

3 Una inyección insuficiente

El dinero de bancos y accionistas no fue suficietne y se acabó esfumando sin lograr solventar la crítica situación del turoperador. El mes pasado, Thomas Cook anunció que había encontrado la manera de hacer frente a los problemas para sobrevivir. Uno de sus grandes inversores, el grupo chino Fosun, había accedido a un plan de rescate por valor de 900 millones de libras (más de 1.000 millones de euros). Ese dinero no fue suficiente y la semana pasada pidieron a los bancos otros 200 millones más (unos 226 millones de euros), para evitar el colapso.

4La negativa de

los bancos

Las conversaciones del grupo turístico se prolongaron hasta el domingo pasado, pero ese nuevo préstamo fue rechazado finalmemenmte por la banca, ya que el Gobierno no logró imponer sus presiones, pedidas por la emrpesa. La quiebra fue inevitable. El Gobierno ha pedido una urgente investigación sobre cómo la dirección de Thomas Cook ha gestionado todas esas sumas de dinero. El director ejecutivo de la firma, Peter Frankhauser, lamentó «profundamente», el colapso, sin asumir de momento responsabilidad personal alguna. Frankhauser, según ha trascendido, ha cobrado ocho millones de libras en los últimos cinco años, a pesar de la crisis interna de Thomas Cook.