El presidente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Jaime Ponce, apuntó ayer que el Estado inyectó 56.545 millones de euros de capital durante la crisis para rescatar a distintas entidades financieras, de los que solo ha recuperado efectivamente 5.911 millones, el 10,4% del total. A esta cantidad, explicó que no sumaba los 2.122 millones recibidos por BFA, la matriz de Bankia participada al 100% por el Estado, de su filial ya que esta cantidad se mantiene en el grupo. De hacerlo, el importe reintegrado representaría el 14,2% del total.

Aunque no lo dijo directamente, el alto funcionario dio pistas ante la comisión de investigación de la crisis financiera en el Congreso que la recuperación total de las ayudas en último término es más que improbable. Así, apuntó, dependerá en buena parte de la privatización de Bankia, que aunque no lo dijo debería subir en torno a un 150% en bolsa en dos años para reintegrar todo lo recibido.

Además, advirtió en dos ocasiones que la Sareb, que recibió 2.511 millones, se enfrenta a «riesgos significativos» y a una «labor complicada y sujeta a importantes incertidumbres». Y por último, indicó que la recuperación dependerá de que las pérdidas que supongan las garantías dadas a bancos compradores de entidades con problemas se ajusten a los 2.500 millones previstos, frente a un máximo garantizado de 12.000 millones.

DEFENSA DEL RESCATE / Pese a todo ello, Ponce defendió la inyección de ayudas a la banca de los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y, sobre todo, Mariano Rajoy (que fue quien le nombró). «No fue desde luego una intervención pequeña del sector público en la actividad económica. Pero con la perspectiva que ofrece el tiempo se puede afirmar que fue la mejor de las opciones y, probablemente, la única de las alternativas admisibles», argumentó antes de recordar que en el 2012, cuando se pidió el rescate europeo, 250.000 millones de euros en depósitos de entidades nacionalizadas estaban garantizados. Los países que más destinaron al rescate de sus bancos fueron Grecia, Irlanda y Portugal.

PRESIÓN PÚBLICA / Unas horas antes, Fernando Restoy, exvicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y exsubgobernador del Banco de España, desveló ante la mismo comisión que el supervisor financiero «presionó» al Popular en los últimos años para que saneara su balance y se recapitalizara.

El ahora presidente del Instituto Internacional de Pagos de Basilea defendió su gestión afirmando que la debacle de Bankia «no era fácilmente anticiplable» cuando salió a bolsa y que la CNMV llevó «hasta el límite de las competencias» su protección a los preferentistas en un «marco de control público vigente antes y durante la crisis insuficiente» para evitar su venta a los ahorradores.

Restoy, asimismo, reclamó la creación de una autoridad macroprudencial en España con herramientas para evitar las burbujas de crédito (como limitar el porcentaje del precio de una cada que financia la hipoteca) y lamentó la «falta de independencia funcional» de algunos supervisores.