Tras el levantamiento del secreto de sumario de la investigación sobre la contratación de la empresa Cenyt (del excomisario José Villarejo) por el BBVA, el expresidente de la entidad Francisco González manifestó ayer su «más absoluta indignación y sorpresa» ante la «intolerable agresión» que dice sufrir por la «ligereza y frivolidad» de las acusaciones en su contra.

En un comunicado de seis páginas, el exbanquero denunció que, desde su punto de vista, existe «una absoluta falta de rigor en dichas acusaciones», así como «una ausencia total de pruebas» que sustenten «acusaciones tan graves» y una «inexplicable carencia de argumentos jurídicos». En el texto, González remarca lo que él mismo ya declaró ante el juez cuando negó haber conocido a Villarejo, ni la contratación de su agencia de espionaje, ni los métodos utilizados. Según FG -como él mismo admite que era conocido en el banco- «la contratación de Cenyt fue responsabilidad del exdirector de seguridad, Julio Corrochano», en quien González descarga la responsabilidad.

Sin embargo, en uno de los informes que componen el sumario de la pieza del BBVA sobre las cloacas policiales, la Fiscalía Anticorrupción afirma que fue González el que ordenó «de forma opaca» contratar al excomisario Villarejo para espiar y dinamitar el intento de asalto al banco que pretendía la constructora Sacyr durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero al frente del Gobierno.

El juez del caso, Manuel García Castellón, cifra en más de 10,2 millones los pagos que el BBVA realizó al excomisario por supuestos espionajes entre los años 2004 y 2017. Según González, el escrito de la Fiscalía Anticorrupción se basa «en simples indicios e incluso meras conjeturas», así como en «opiniones y declaraciones de terceros.