El índice de precios de consumo (IPC) se mantuvo en agosto en el 2,2% interanual, la misma inflación que la registrada en julio, influido en gran parte por la subida de los precios de la electricidad y la evolución de los carburantes.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el indicador adelantado del IPC arroja un avance mensual de 0,2 puntos respecto del mes anterior (en julio este indicador presentó un retroceso de 0,7 puntos respecto de junio). El informe achaca el comportamiento de la tasa interanual a la subida de los precios de la electricidad, a lo que se suma que los carburantes, que se han encarecido en torno al 7% desde principios de año, y que continúan con su tendencia alcista iniciada a finales del mes pasado.

La tasa interanual de agosto, en caso de confirmarse, sería la 24ª tasa positiva que encadena el IPC interanual. Tras haber registrado en enero una tasa interanual del 0,6%, la más baja en 16 meses, el IPC interanual volvió en febrero a superar el 1%, tendencia que se mantuvo en marzo y abril. En mayo ya se alcanzó la barrera del 2%, a la que no se llegaba desde abril del 2017 (2,6%), mientras que en junio se situó en el 2,3% y en julio moderó su escalada al 2,2%, la misma tasa que en agosto.

Buena parte del encarecimiento del coste de la vida es por la factura de la luz, que para un usuario medio ha subido cerca del 11% en agosto respecto al mismo periodo del 2017. De esta forma, la factura eléctrica suma su cuarto incremento intermensual consecutivo y alcanza su nivel más alto del año (61,83 euros). El recibo de la luz para un consumidor tipo -4,4 kilovatios de p y un consumo anual de 3.000 kilovatios hora- se sitúa en 61,83 euros, por los 55,74 euros de hace un año, según datos obtenidos del simulador de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

El encarecimiento del recibo se debe a la subida del precio de la electricidad en el mercado eléctrico mayorista, impulsado por el mayor uso de tecnologías más caras, como las centrales de gas y carbón.