El Índice de Precios de Consumo (IPC) ha pegado un bajón de siete décimas en su tasa interanual respecto a abril, cuando se situó en el 1,5% después de tres meses al alza. La inflación anual estimada en mayo fue del 0,8%, el nivel más bajo de la tasa desde enero del 2018., según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

A falta de conocer los datos definitivos en dos semanas, la inflación de mayo será la trigésimo tercera tasa positiva del IPC interanual. Esto es, los precios llevan casi tres años creciendo sin parar. En términos mensuales (mayo sobre abril), el IPC avanzó un tímido 0,2%, frente a un incremento del 0,9% hace un año.

Para el INE, el freno de la luz y la contención de los carburantes son la clave. En mayo de 2018, la luz subió un 4,8% respecto al mismo mes de 2017, y un 6,4% respecto a abril. Este año todavía se desconocen las cifras, pero el precio de la luz en el mercado mayorista (pool) se situó en los 48,39 euros el megavatio hora, un 12% menos que hace un año (54,92) y un 4% menos que en el mes de abril (50,41), lo cual ya da una pista.

En cuanto a los carburantes, en mayo de 2018 el gasóleo subía un 4,3% respecto a abril y un 12,7% respecto al año anterior, mientras que la gasolina era un 3,9% más cara que en abril y un 9% más cara que en mayo de 2017. Según el INE, este mes han subido los precios de estos combustibles, pero menos que entonces.

El índice de precios armonizado (IPCA) se situó en el 0,9%, siete décimas menos que la tasa de abril.

La economista de Funcas María Jesús Fernández se mostró, en declaraciones a Efe, algo sorprendida ante esta «importante caída» del IPC ya que esperaba una tasa más cercana al 1 %.

«Puede ser algo puntual derivado de factores transitorios. Habrá que esperar al desglose del dato», incide tras explicar que en esta caída también ha influido la bajada de los precios del sector servicios que habían subido con la Semana Santa.