La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, aseguró ayer que espera que esta nueva legislatura del gobierno valenciano sea «próspera y de amplios consensos», aunque considera que «todo augura» a que va a ser un mandato «de sillones», con una «sobrecarga de la administración en detrimento de los servicios públicos». «Vamos a tener más confrontación, más división e ideología en la gestión», indicó la líder popular en declaraciones antes de asistir a la toma de posesión de Ximo Puig como presidente de la Generalitat.

Sobre el Botànic II, lamentó que el PSPV «prefiera entregar esta comunidad a la extrema izquierda y a los nacionalistas, antes que apoyarse en fuerzas constitucionales y en el PP».

«La mano está tendida por el bien de los valencianos», apuntó, recordando que el PP «ofreció un pacto a Puig hasta el último momento para que no fuera rehén de la extrema izquierda ni de los nacionalistas». «Nadie se ha puesto en contacto con el principal partido de la oposición. De hacerlo, a lo mejor hoy la historia sería distinta», concluyó Bonig.