Los datos en que se basa el informe elaborado por el IVIE y la Fundación BBVA también muestran un déficit de Castellón en materia formativa. En este sentido, la provincia perdió el año pasado casi 6.000 personas de la población activa que contaban con estudios superiores. Frente a las 93.634 con que contaba en el 2015, el año pasado se contabilizaban 87.817. La explicación a este descenso puede estar en la fuga a otras zonas.

Y es que Castellón también perdió población ocupada en sectores TIC. Concretamente, 212 personas, hasta quedar fijadas estas en 2.536 el año pasado. Eso sí, ganó personal que trabaja en empleos altamente cualificados, que el año pasado llevaban a cabo 56.181 personas.

De todas formas, todos estos parámetros presentan porcentajes muy reducidos respecto al total estatal y están por debajo de las medias españolas y autonómicas. Y todo ello tiene que ver también, como no podía ser de otra manera, con la capacidad que tiene la economía castellonense para innovar, ya que «la incorporación de personas jóvenes con estudios superiores» es uno de los principales factores que ayuda a la innovación, señala el investigador Ernest Reig.

paso al frente

Ante la falta de estímulos de política económica --«hay que apoyar equipos de investigación más productivos», resalta--, el coordinador del estudio apunta que el tejido económico provincial debería «dar un paso al frente e incorporar nuevos elementos» que favorezcan esa innovación y el consiguiente aumento de la productividad. El fomento de la formación, la lucha contra el abandono escolar o el impulso de la investigación de excelencia en las universidades son necesarios.