Vamos por buen camino. Aunque mucho más lento de lo que todos quisiéramos, pero el desempleo comienza a reducirse ya de manera firme y, sobre todo, constante. En los últimos 12 meses, y según datos del INE, el paro se ha reducido en la provincia hasta un 11% y 5.551 personas han encontrado trabajo. Buena noticia, sin lugar a dudas.

Y el campo tiene mucho que ver en esa nueva situación laboral castellonense, valenciana y española. Y todavía puede aportar más, pero para eso hay que potenciar y facilitar la incorporación de la gente joven al mundo de la agricultura y la ganadería. Porque los jóvenes necesitan trabajo y el campo necesita a gente joven y «sobradamente preparada» que aporte nuevas perspectivas al sector agrícola. El campo, una actividad laboral que ha sido denostada por los más jóvenes y que parecía reservada a los padres y abuelos, se ha convertido en una excelente alternativa laboral para los profesionales de otros sectores que están en el paro y para aquellos que acaban de terminar sus estudios universitarios y no encuentra trabajo…

¿A qué problemas se enfrentan los jóvenes emprendedores a la hora de diseñar su futuro laboral en el campo? Dejando a un lado los siempre espinosos temas de la financiación y de la consecución de crédito, el más grave, sin lugar a dudas, es el alto coste de las tierras. Afortunadamente, muchos agricultores que habían abandonado sus explotaciones, las estén cediendo a los jóvenes de forma muy barata, incluso, a veces, solo a cambio de que se hagan cargo de los gastos. De esta manera todos salen ganando: el dueño consigue que sus tierras no se deterioren y el nuevo emprendedor puede poner en marcha su proyecto a costes muy aceptables. Los emprendedores no solo invierten en la citricultura que podría resultar, sino la opción más fácil, sí la más lógica. Los nuevos agricultores, con un espíritu eminentemente empresarial y una clara vocación de dar respuesta a las necesidades del mercado, van más allá. Y de hecho, existe una gran proliferación de entrada de nuevos profesionales en el sector a través de la horticultura. Y lo que también hacen es combinar la horticultura con la citricultura u otros cultivos leñosos.

Se trata de diversificar la explotación y adaptarla para que ofrezca una rentabilidad en el menor tiempo por eso, quienes siguen apostando por la citricultura lo hacen a resguardo del paraguas de un club varietal, que ofrecen la posibilidad de regular la producción y estabilizan la rentabilidad al ofrecerte un precio mínimo.