Vicente Bellés Marco es el director de la Bodega Les Useres, una Sociedad Agraria de Transformación (SAT) que continúa la saga familiar iniciada por sus abuelos (unos de los fundadores de la bodega en 1960) y perpetuada por su padre.

-NOEMÍ GONZÁLEZ: ¿Cuál es el ‘estado de salud’ del sector vitivinícola en la provincia? ¿Cuáles son las expectativas y obstáculos a los que se enfrenta?

-VICENTE BELLÉS: Aunque el sector vitivinícola no ha recuperado la producción -y difícilmente lo haga- de la década de los 70, cuando había cerca de 9.000 hectáreas de viñedo plantado -ahora estará en torno a las 300--, parece que la labor de unos pocos y su esfuerzo por dar a conocer las virtudes de los vinos producidos en la provincia contribuye a que progresivamente se conozcan y valoren.

Las expectativas pasan por mejorar las cifras provinciales y continuar con el crecimiento en otros mercados, como el resto de la Comunitat Valenciana, Cataluña y Madrid, principalmente, y apostar por la exportación.

El principal problema es que España es el peor consumidor de entre los principales productores mundiales y de los más bajos a nivel europeo. Esa circunstancia ha generado a todas las bodegas la necesidad de exportar, por lo que la lucha en los mercados internacionales es durísima. Asimismo, en los mercados provincial y autonómico predomina todavía la llamada riojitis. Se estima que el consumo de nuestros vinos en la provincia está entre el 15% y el 20%. A modo de ejemplo, en Cataluña se consume más vino catalán que riojano. Eso aquí es una quimera.

-N. G.: ¿Cuáles son en la actualidad los puntos fuertes de los caldos castellonenses?

-V. B.: Principalmente, que son bodegas pequeñas o muy pequeñas, en las que se intentan cuidar todos los procesos, abarcando desde la viña (cuidado de la tierra, vides, podas, tratamientos fitosanitarios, maduración, recolección, elaboración, crianza y embotellado) hasta el consumidor final, un hecho que conlleva rigurosos controles para que nuestros vinos lleguen a él en las mejores condiciones.

-N. G.: ¿Cuáles son los orígenes de Bodega Les Useres y cuáles sus rasgos distintivos?

-V. B.: A mediados del siglo pasado, les Useres estaba llena de pequeños viticultores que elaboraban sus vinos de forma casera y, a su vez, vendían sus excedentes de autoconsumo a comerciantes de diferentes zonas del país. Fomentado por una iniciativa legislativa de la época, esos pequeños viticultores se unieron para formar una bodega de mayor tamaño y, entre todos, dotarse de unas mayores y mejores infraestructuras vinícolas, para elaborar mejores vinos y optar a mejores precios para sus duros trabajos. Aunque se trata de una sociedad agraria formada por socios-viticultores, como la mayoría de vecinos de les Useres han sido o son miembros de la misma, la bodega se siente como algo propio del pueblo y se nota principalmente en ferias como el Mesón del Vino o la Fira del Vi de les Useres, donde todos vienen a disfrutar de sus caldos con familia y amigos.

-N. G.: ¿Sobre qué pilares se sustenta la producción de la bodega en la actualidad?

-V. B.: Los únicos pilares sobre los que se sustenta son las viñas de sus socios-viticultores. La mayoría de ellas se encuentran en el término municipal de les Useres, aunque también existen viñedos en las poblaciones vecinas de Vilafamés, Vall d’Albs y Cabanes. Por tanto, nuestra fortaleza son nuestros viticultores.

-N. G.: ¿Cuáles son las marcas que comercializa y sus principales características?

-V. B.: Bodega Les Useres posee las siguientes marcas: 86 Winegrowers, Pelegrí, 33 Route y L’Alcalatén. 86 Winegrowers hace referencia a los 86 viticultores que fundaron la bodega en el año 1960 y cuenta con dos vinos tintos de 12 y 22 meses de crianza. Son nuestra punta de lanza, la marca más premiada y reconocida, y están elaborados con las variedades Tempranillo y Cabernet Sauvignon.

Por su parte, El Pelegrí es un vino tinto de nueve meses de crianza, en el que hacemos referencia a nuestra tradición y, aunque lleva poco tiempo en el mercado, suma adeptos. La primera añada que salió al mercado (2014) se agotó en la bodega en 50 días.

Asimismo, 33 Route hace referencia al GR 33 que sube de Castellón al Penyagolosa. Bajo esta marca englobamos una gama de tres vinos: el tinto, con seis meses de crianza a partir de las variedades Tempranillo y la autóctona Bonicaire; el blanco joven, a partir de las variedades Macabeo y Chardonnay; y el rosado joven de la variedad Bonicaire.

Por último, L’Alcalatén es el nombre de nuestra comarca y fue la primera marca que salió al mercado. Se trata de un monovarietal Tempranillo con seis meses de crianza.

-N. G.: Sus vinos forman parte de la IGP Castellón. ¿Qué requisitos se precisan para ello y qué garantías confiere a sus ‘caldos’?

-V. B.: Bodega Les Useres está desde el inicio en la IGP Castellón y ha sido una de las principales impulsoras de la marca de calidad. Si la primera orden de Conselleria que regula la indicación es del 2001, en 1998 se publicó una orden que concedía el distintivo de Vino de la Tierra a los caldos de la comarca les Useres-Vilafamés, como iniciativa de esas dos bodegas, las dos únicas que sobrevivieron en esos años.

Los principales requisitos son que las uvas procedan de parcelas registradas de la provincia de Castellón y los vinos se elaboren en bodegas autorizadas dentro de la provincia, para así mantener la trazabilidad desde la viña al consumidor, bajo la supervisión de los órganos de control externos y la Administración.

-N. G.: ¿Qué distinciones y galardones han recibido sus vinos?

-V. B.: De entre las distinciones cabe destacar dos a nuestro vino 86 Winegrowers; la medalla de plata en el concurso China Wines and Spirits Awards, celebrado en Hong Kong; y el oro en los premios Sélections Mondiales des Vins, que es el mayor concurso de vinos de Norteamérica celebrado en Quebec (Canadá).

-N. G.: ¿Cuáles son sus objetivos a medio plazo?

-V. B.: A nivel comercial, incrementar nuestros puntos en la Plana y la capital a los niveles del interior de la provincia, donde tenemos más presencia. También continuar con la labor realizada en Valencia y consolidar los mercados exteriores. Por otra parte, aprovechar el impulso de Castelló, ruta de sabor y la Agència Valenciana del Turisme, y proporcionar una mejor oferta a quien nos visita, abriendo nuestras instalaciones y mostrando nuestras valiosas elaboraciones.