Algunos países recomiendan desde hace unos años la utilización del ozono como medida higiénica de seguridad en los depósitos refrigerados de alimentos, cámaras frigoríficas de restaurantes, supermercados, medios de transporte, etc, en concentraciones requeridas que no superen los 3ppm/v.

Los objetivos principales de la ozonización en la conservación de los alimentos son dos. Por una parte la asepsia de los locales de manipulación de alimentos de conservación y de la distribución y, por otra la desodorización absoluta de locales y transmisión de olores. El ozono es idóneo para la conservación de la fruta almacenada que, con su elevada concentración de humedad en el almacenaje, activa la generación de gérmenes.