El Colegio de Podólogos de la Comunitat Valenciana abarca toda la rama de la gestión de la profesión. Esto va desde la defensa de la misma ante las instituciones, la defensa de la profesión ante el intrusismo laboral por competencia desleal, la divulgación de la profesión para los ciudadanos mediante campañas de prensa y redes sociales, o la formación de postgrado a los profesionales para que estén en continua actualización.

En cuanto a lo que se refiere a los trabajadores que forman parte del colectivo colegial, cabe destacar a la junta directiva, el equipo de administración, equipo de prensa, redes sociales y comunicación audiovisual, gabinete jurídico, gabinete deontológico, comisión científica y comité ético. Todo esto lo conforman alrededor de 30 personas que están involucradas a diario en el trabajo del ICOPCV en la Comunitat valenciana.

No obstante, durante la pandemia ha habido un descenso evidente de la actividad podológica. En parte, debido a varios motivos como, por ejemplo, que uno de los colectivos a los que más atiende el colectivo son las personas mayores y como tienen miedo, permanecen en casa y no asisten a la consulta. Según explica Maite García, presidenta del ICOPFV, "las personas tienen miedo de estar en espacios cerrados y, por tanto, deciden limitar al mínimo posible acudir a las consultas".

Maite García, presidenta del ICOPFV.

Cabe recordar que la cuarentena supuso una disminución del 99% de consultas porque es un servicio privado y no se encuentra en la sanidad pública. Desde el colegio, afirman que "como vimos que no podíamos trabajar, decidimos poner al servicio de la Conselleria de Sanidad a nuestros profesionales para que, como sanitarios, pudiesen colaborar ayudando en un momento de máxima alerta sanitaria en todas las áreas donde tenemos competencias, que son muchas. Pues bien, desde la Generalitat no se nos dio ninguna respuesta. Ha sido un azote potente a la Podología", manifiestan.

Protocolo sanitario

Por otro lado, Maite García asegura que "el coronavirus ha supuesto un nuevo escenario en las consultas, pero es cierto que esto no nos ha afectado especialmente porque éstas desde siempre deben estar cumpliendo elevados estándares de higiene y desinfección, y utilizamos mascarillas, guantes y batas en nuestro trabajo. Por tanto, en este aspecto no nos hemos encontrado con algo excesivamente nuevo».

Asimismo, la representante de la entidad afirma que el reto más importante que se marca el colegio valenciano continúa siendo que "esta rama sanitaria forme parte del sistema de salud público". Y añade: "Solo queremos que se cumpla la Ley 22/2017, de 29 de diciembre, de Presupuestos de la Generalitat para el ejercicio 2018, según la que se contempla la inclusión de la Podología en el sistema sanitario público, ya que hace dos años ya y esto todavía no se ha aplicado", incide.

Por otro lado, uno de los problemas a los que se enfrenta el sector en esta época de pandemia es al intrusismo, que suponen "grandes problemas para la Podología y, por ello, solicitamos ayuda urgente a Sanidad para combatirlo, aunque de momento no hemos recibido ningún apoyo. Este tema es muy grave porque el intrusismo afecta principalmente a los pacientes que se creen en manos de profesionales, cuando no es así y puede verse comprometida su salud", destaca García.

Al respecto, la presidenta del Colegio de Podólogos autonómico apunta que "por ejemplo, tratar de forma incorrecta un heloma o callo en una persona diabética, puede llevar a la generación de una úlcera que no consiga curarse, complicarse y derivar en la amputación parcial o total del miembro inferior. Es un tema serio de salud pública y, por ello, desde 2017 iniciamos acciones legales para perseguir la actuación de personas no tituladas que realizan estudios de la pisada o tratan alteraciones en los pies por incurrir en un delito de intrusismo en la profesión", concluye la portavoz de la entidad.