En estos días, pasadas ya las fiestas patronales, pasado el verano, emprendemos el proceso de concreción de los presupuestos municipales para el 2020.

Desde la Concejalía de Hacienda y junto al departamento de Intervención del Ayuntamiento, estamos trabajando ya para preparar el proyecto del presupuesto, que es la hoja de ruta por la que discurrirá la acción de gobierno en el próximo ejercicio, un documento que es una previsión y también una declaración importante de intenciones.

En él se refleja la verdadera vocación y voluntad de un gobierno.

Se trata de conjugar las necesidades planteadas por cada área de gestión, hacer frente a las obligaciones de pago y dar cobertura a los servicios; y en él se recogen y contemplan los condicionantes que encorsetan o constriñen las cuentas públicas.

La habilidad en la gestión y la eficiencia reside en conseguir cumplir objetivos, atendiendo y ajustando las obligaciones y contemplando aquellas restricciones que no nos permiten hacer de ellos una carta de deseos que no se pueden cumplir.

EN EL PROYECTO de presupuestos, además, debemos incorporar la previsión de cobro de subvenciones y transferencias de otras administraciones. Una de las fuentes de financiación importantes con las que cuenta la administración local.

Aunque podríamos hablar largo y tendido sobre las vicisitudes y dificultades por las que pasamos las administraciones locales y la necesidad de hacer una reforma sustancial y estructural de nuestro sistema de financiación, lo principal es que lo que ya se contempla, el sistema de financiación existente, se cumpla.

En el ejercicio de previsión, se tienen en cuenta las ayudas, subvenciones y transferencias que el Ayuntamiento ha recibido en los últimos años, para realizar un cálculo lo más aproximado y realista posible, y ha sido en este proceso en el que se ha podido comprobar la deuda que la Generalitat tiene con nuestra administración local. Y no se trata de cuánto, sino dónde lo debe.

AHÍ ESTÁ la madre del cordero, el fondo de cooperación municipal, dependiente de la Presidencia del gobierno valenciano, no llega; al igual que los pagos relativos a los servicios sociales, dependientes de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, en total en esta área, la Generalitat debe al Ayuntamiento el montante más elevado. Sí, sí, Políticas Inclusivas e Igualdad.

Este dinero está adecuada y justamente otorgado a nuestro Ayuntamiento y no deberíamos tener que padecer por los retrasos en su cobro, sobre todo porque el gobierno de izquierdas de la Generalitat se suele llenar la boca de cuestiones relacionadas con el ámbito social. Pues bien, señores, menos cacarear y más cumplir con los pagos. Porque el movimiento se demuestra andando. ¿Cómo quieren que nos creamos que piensan en un sistema de financiación justo si ustedes no cumplen con el fondo de cooperación con los municipios?, ¿cómo piensan seguir vendiendo la milonga de que su prioridad está en lo social si no han transferido un euro a los servicios sociales?

INTOLERABLE y, cuando se trata de servicios para nuestros vecinos, no nos van a callar.

*Alcalde de Peñíscola