Decía Jean Paul Sartre, “mi libertad se termina donde empieza la de los demás”. Es una cita que todos deberíamos tener presente, porque el respeto y, lo que es más importante, la humanidad, son valores que se están perdiendo. En pleno siglo XXI, los que más presumen de consenso y diálogo son los que utilizan el odio y el enfrentamiento como algo “normal” y no lo es.

A muchos se les llena la boca hablando de libertad de expresión y, en su nombre insultan, injurian, calumnian y hieren. Las personas que somos del Partido Popular estamos cansados de que muchos internautas cobardes, con falsas identidades, lleven sus opiniones hasta lo delictivo. La libertad de expresión tiene un límite y éste es el código penal. No se puede incitar al odio, imputar delitos o insultar e injuriar y salir indemne.

Esta semana hemos vivido un ejemplo de cómo los comentarios de un radical intransigente, un energúmeno, se alegraba de la muerte de un torero. Creo que toda la sociedad debemos de decir basta, debemos recuperar el respeto a las creencias y las convicciones de los demás. Porque, queridos lectores, yo no sé lo que es la vieja o la nueva política, yo lo que sé es que en el PP hay valores como la moderación, el respeto, y la educación, que por mucho que cambien las cosas, nunca vamos a perder. H

*Diputada autonómica del Partido Popular