Inés Arrimadas confirmó ayer que está dispuesta a dar la batalla para suceder a Albert Rivera y asumir las riendas de Ciudadanos en una «situación difícil», tras el hundimiento en las elecciones generales. La portavoz de los naranjas sabe que, al menos hasta ahora, es la favorita y se mostró confiada en ser elegida en el congreso extraordinario que la formación celebrará el próximo marzo.

Arrimadas, que ha crecido políticamente junto a Rivera y no se le conoce ninguna disconformidad con la estrategia seguida por los naranjas, se ve «fuerte y valiente» para convencer a sus compañeros de partido de que es la mejor candidata posible. «Creo que tengo el apoyo, no sé si unánime, porque es pretencioso, pero absolutamente mayoritario, pero tenemos que cumplir unos plazos», declaró en una entrevista en Antena 3. «Este partido es democrático y haremos primarias», continuó. Oficialmente, los plazos para presentarse (en torno a la segunda quincena de febrero) se concretarán en un consejo general que se celebrará el próximo 30 y en el que se cerrará todo el calendario hasta la primavera, composición de la gestora incluida.

La política liberal mostró su deseo de que «haya cambios en el partido» después de que cayera de 57 a 10 escaños y perdiera 2,5 millones de votos. Arrimadas admitió errores de comunicación y dijo con alivio que no fueron de «programa» o «valores», porque eso es más díficil de «corregir». A su juicio, Cs no supo explicar «lo suficiente» que Pedro Sánchez no tenía intención de llegar a un pacto en abril ni tampoco, después, en septiembre se entendió que plantearan in extremis una abstención para «desbloquear España». «Hemos pagado una cosa que en política no se puede hacer: desorientar a tu votante», sostuvo.

Según Arrimadas, el secretario general del PSOE está a tiempo de «rectificar» y pactar con el PP y Cs un Gobierno de constitucionalistas. Si no lo hace, obtendrá el no de sus diez diputados.