Firme y desafiante. Así ha comparecido la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ante los medios, en su despacho en la sede de la Cámara catalana, tras haber declarado ante el Tribunal Superior de Justícia de Cataluña. Ningún propósito de enmienda y pleno convencimiento de haber obrado correctamente, en defensa de la libertad de expresión y de la soberanía popular, es decir, del propio Parlament. Y una advertencia a quien corresponda: “Ningún tribunal impedirá que en el Parlament se debata sobre la independencia de Cataluña”.

“Lo volvería a hacer” ha afirmado rotundamente, entre otras razones, porque de haber variado su conducta y obedecido al Tribunal Constitucional “hubiera incumplido el reglamento de la Cámara y habría impedido el derecho a la libre expresión de los diputados”, ha aseverado.

Para la segunda autoridad catalana, lo que está en juego, con la querella contra la presidenta de un parlamento, es “la democracia, pero no porque estemos por encima de la ley”, ha aclarado, sino porque es “inconcebible que en un estado democrático se ataque por la vía penal el debate de las ideas”.

CIMIENTOS DEL ESTADO DE DERECHO

Entiende que se están socavando los cimientos del estado de derecho, basado en la separación de poderes, porque el “poder ejecutivo está empleando el judicial para coartar derechos democráticos”. Una situación contra la que ya se están levantando voces en toda Europa, ha dicho, en referencia a la solidaridad hacia ella mostrada por un grupo de parlamentarios británicos, entre los que se encuentra el expresidente escocés Alex Salmond.

De su declaración ante el tribunal ha detallado que lo ha “explicado todo, de pé a pá" ya que no tiene por qué esconderse "de nada". Es más, ha señalado que creía haber actuado de manera “legal”, por cuanto entiende que las instrucciones dadas por l TC, previas a la votación de las conclusiones de la ponencia del proceso constituyente, no se referían “a ninguna cuestión concreta”.

Forcadell ha finalizado su intervención con una promesa: "Nos mantendremos firmes. Porque es la hora de la política y no de los tribunales"