Las negociaciones para llegar a un acuerdo sobre la presidencia y la Mesa del Congreso se aceleran con el vértigo del plazo límite: el martes a las diez de la mañana, cuando comience la sesión constitutiva de las Cortes los partidos deben haber alcanzado un entendimiento. Con ese horizonte de presión a la vuelta de la esquina, la madeja de las conversaciones parece completamente enredada por las múltiples posibilidades de pactos que, inevitablemente, tienen también afectación en el diálogo para la investidura. El enredo puede comenzar a clarificarse con tres claves. Uno, la reunión de los grupos parlamentarios de PP, PSOE y Podemos, este lunes, en la que los partidos pueden definir su posición. Dos, la reunión de la Diputación Permanente del Congreso, esta tarde, donde el orden del día no versa sobre la presidencia del Parlamento, pero los líderes políticos se encontrarán -algunos no están en Madrid y llegan este lunes, lo que facilita las conversaciones-. Y finalmente, la negociación pura y dura. Pablo Iglesias ha anunciado que hablará con Pedro Sánchez esta tarde para abordar un entendimiento para el Parlamento.

Uno de los escenarios posibles -pero complicado- es que el líder de En Comú Podem alcance la presidencia del Congreso, y por ende, de la Mesa. Anoche todo parecía roto, pero este lunes Xavier Domènech y el portavoz de ERC Gabriel Rufián han suavizado el cruce de reproches que se lanzaron en Twitter el domingo tras conocerse la disposición del socio de Podemos a presidir la Cámara baja.

A LA ESPERA DE RESPUESTA

Fuentes de En Comú Podem (ECP) han confirmado a este diario que Domènech ha cerrado una cita para este lunes a media tarde en el Congreso con el republicano Joan Tardà, para explicarle con detalles la propuesta, puesto que ERC sigue lamentando no tener suficiente información al respecto. Más allá de ese encuentro, Rufián ha ejemplificado la eleción entre Domènech o un candidato del PP como escoger "entre Guatemala y 'Guatepeor'". Mientras está a la espera de que Convergència Democràtica de Cataluña (CDC) le comunique una respuesta definitiva a su oferta, que siguen estudiando. El PNV ya ha anunciado que se abstendrá en la votación para la presidencia del Congreso y evita inclinar la balanza hacia un lado u otro en la encrucijada.

A pesar de las declaraciones altisonantes, Domènech sigue confiado en el diálogo y en la posibilidad de llegar a un acuerdo. Tanto es así que incluso ha reconocido algunas de las contraprestaciones que podría tener el apoyo de los partidos catalanes: hacerles un hueco en la Mesa del Congreso, en la que por resultados electorales no les corresponde un lugar, pero que Podemos estaría dispuesto a ceder para que tengan voz en un órgano que regula el funcionamiento de la Cámara y del que dependen decisiones clave en la legislatura.

LA DISYUNTIVA

En cualquier caso, para que los planes de Domènech salgan adelante, necesita el apoyo del PSOE. La idea es situar a los socialistas en la disyuntiva de tener que elegir, en la segunda votación, entre el candidato propuesto por el PP (o C’s si es que llegan a un pacto) y Domènech. Sin el respaldo de los grupos catalanes y el PNV, el PSOE lo tendría cuesta arriba para lograr la presidencia de su candidato, Patxi López.

El segundo escenario es que el PP llegue a un acuerdo conCiudadanos. El vicesecretario general de C’s, José Manuel Villegas, ha explicado esta mañana en Antena 3 que su partido puso "encima de la mesa el nombre de [Ignacio] Prendes como candidato de consenso”. Pero ha añadido que tiene "pocas posibilidades" porque "el PP y el PSOE no se ponen de acuerdo". A esa dificultad por sumar a los socialistas se aferra justamente Domènech para defender que su operación, aunque compleja, tiene posibilidades de salir adelante.

LA CLAVE DE LA INVESTIDURA

Villegas ha insistido en que el partido naranja no va a votar 'sí' en ningún caso a la investidura de Mariano Rajoy en segunda vuelta, como pretende el partido conservador. "Nuestra posición ha sido votada por la ejecutiva y no está sujeta a negociación", ha añadido.

En este sentido, Albert Rivera, ha subrayado que Ciudadanos no va a entrar en el Ejecutivo conservador. "Tan legítimo es que unos partidos no quieran regenerarse como que nosotros no queramos formar parte de ese Gobierno", ha avisado al presidente en funciones, a quien sigue sin ver como la persona adecuada para afrontar una nueva etapa de reformas y regeneración política.

Respecto a la posición del PSOE, Villegas no ve al partido de Pedro Sánchez votando "dividido" para facilitar la reelección del líder del PP. El dirigente de Ciudadanos considera que el hecho de que el PP se haya mostrado abierto a hacer retoques en la reforma laboral es "un buen gesto para atraer al PSOE a la abstención". "A ver si llegan a un acuerdo", ha comentado.