Los nervios del PP ante la moción de censura no solo se confiesan en privado, también quedan reflejados en sus estrategias, en este caso contradictorias con su pasado reciente. Después de pedir durante seis años a los políticos independentistas que respetaran a los tribunales, el PP ha vuelto a reactivar la campaña para desprestigiar a los togados.

Los populares ya lograron acabar con Baltasar Garzón (primer instructor de la Gürtel) y ahora los dardos van contra los que dictaron la sentencia de la semana pasada. En el fallo se declaró probada la caja B y se duda de la credibilidad de Rajoy ante la Audiencia Nacional, dos hechos que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, intentó rebatir en su intervención en la comisión sobre la presunta financiación irregular de su partido.

Según la número dos del PP, es mentira que existiera una contabilidad en negro, «aunque lo diga un juez para argumentar una sentencia». Es secretaria general desde 2008 y aseguró que desde ese momento no ha habido caja B. Sobre lo que pasó antes, ella no tiene «constancia», aunque a la vista de las investigaciones cree que no fue una caja «organizada» por el partido sino por «personas que hacen cosas» (en referencia a Luis Bárcenas). Nueva paráfrasis a la altura de «esa persona de la que usted me habla».

Cospedal amenazó al portavoz del PSOE en la comisión, el castellonense Artemi Rallo, con presentar una querella contra él por acusarle de falso testimonio en el juicio de la Gürtel. Cospedal pidió a Rallo que rectifique o que reitere sus acusaciones fuera del Congreso, «delante de la prensa», para que ella pueda presentar una querella. La dirigente del PP y ministra de Defensa calificó de «tendenciosa» la sentencia dictada, porque los jueces se han «extralimitado» y han analizado los papeles de Bárcenas, pese a que son objeto de otra causa. Cospedal subrayó que el «argumento» sobre la falta de fiabilidad de Rajoy «no tiene por qué ser verdad». Rallo le respondió que lo dicen los jueces y ella añadió: «¿Y es que los jueces son infalibles, señoría?».

La tensión no bajó en ningún momento. Txema Guijarro (Podemos) le preguntó por los papeles de Bárcenas en los que aparece como donante «López H» y «López Hierro». El marido de Cospedal se llama Ignacio López Hierro, pero ella negó que se trate de él. «López Hierro hay muchos», declaró antes de denunciar el «machismo asqueroso» por mencionarle a su pareja. Con Gabriel Rufián, el encontronazo llegó vía fake news. La número dos del PP se quejó de los «casos de corrupción» de ERC y el republicano la frenó. Le retó a que enumerara uno solo. Cospedal calló.