A tan solo unas horas del inicio, hoy, del debate sobre los presupuestos andaluces, el Gobierno autonómico, del PP y Ciudadanos, reconocía conversaciones «al máximo nivel» para tratar de convencer a Vox de que retirara su enmienda a la totalidad que tumbaría las cuentas. Con el camino allanado en Madrid y Murcia, tras el acuerdo para los parlamentos de ambas autonomías, el PP emplazó al partido de ultraderecha a seguir siendo parte del «cambio», que, asegura, ya se aprecia en Andalucía y que quedaría seriamente tocado con el bloqueo de los presupuestos.

Para terminar de persuadir a la formación ultra, el PP anunció una partida de medio millón de euros para desbloquear los trámites de la obtención del carnet de familia numerosa, una de las banderas que enarbola Vox.

El consejero de Presidencia, Elías Bendodo, se esforzó ayer en desvincular las negociaciones de las cuentas andaluzas de las alianzas en Madrid. Cs también rechazó que la comunidad fuera «moneda de cambio», y de hecho no veía con desagrado centrarse en las cuentas del 2020 tras el verano, ya al margen de otras componendas políticas. Pero el PP no quiere sufrir su primer revés serio en los primeros cinco meses, máxime cuando el resto del acuerdo con Vox está «o ejecutado o en vías de ejecutarse».

Por eso, Bendodo, también portavoz del Gobierno andaluz, se pertrechó de motivos para desmontar la teoría de unas cuentas continuistas con las políticas anteriores del PSOE. Tumbar los presupuestos impediría continuar el plan de choque para reducir las listas de espera en sanidad o dependencia, y supondría un freno al avance económico.

El respaldo de la ultraderecha a las cuentas, dijo, es «fundamental» para consolidar ese crecimiento, dado que el cambio, recordó el portavoz del Ejecutivo, se sustenta en tres patas: el PP, Ciudadanos, y Vox.