El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado hoy que "la fractura" entre España y Cataluña no solo "sigue" sino que ayer "se hizo más grande", y ha considerado que si los actores del proceso catalán "no son capaces de dialogar, deben apartarse".

En su intervención en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea, Puig ha asegurado que lo ocurrido ayer en Cataluña es "un punto de partida", no de llegada, y "el mayor fracaso de la política en toda nuestra democracia", por lo que lo inmediato ahora es "rebajar la tensión y recuperar el diálogo".

Puig ha aseverado que ayer no hubo un referéndum en Cataluña, sino "una movilización de ciudadanos que quieren votar y muchos de ellos quieren la independencia", y por eso no entiende "por qué se actuó como se actuó".

A su juicio, "cargar toda la responsabilidad" sobre el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y el de Gobierno catalán, Carles Puigdemont, sería "totalmente inapropiado", aunque son "quienes tienen más responsabilidad".

Ha aseverado que no le gustaron los discursos de anoche de los dos presidentes, porque "nadie asume ni la más mínima responsabilidad" de lo que está pasando ni "el más mínimo nivel de autocrítica" tras la fractura que se está produciendo, lo cual le "decepciona", porque "parece que no hayan entendido nada".

Para Puig ha faltado tanto "una enorme inteligencia política" como combatir las ideas, muchas de ellas "absolutamente falaces", y ha opinado que "todas las trampas que han puesto los independentistas han sido eficaces para su relato" y en Cataluña se ha instalado "el pensamiento único" porque no ha habido capacidad de alternativa.

Para Puig, ha faltado "valentía y coraje político para asumir la realidad" y presentar un proyecto alternativo, ante las asimetrías existentes, y ha aseverado que los valencianos no quieren que Cataluña "se vaya".

El president ha mostrado además su "máximo respeto" por los Cuerpos de seguridad del Estado, a los que "no hay que satanizar", porque "quien toma las decisiones es quien debe asumir las responsabilidades".

Ha manifestado que las imágenes de ayer "cristalizan una ruptura emocional" pues, a su juicio, se dio "un paso atrás cuando había que dar pasos hacia adelante".

"Nunca la violencia es la respuesta a un problema político", ha afirmado en referencia a las cargas policiales en algunos colegios en los que se celebraban votaciones, y ha instado a "rebajar la tensión y recuperar el diálogo institucional", y a evitar "cuidadosamente la reivindicación de ganadores y perdedores".

En su opinión, "si hay luz al final de túnel, y la hay, es en la vía del diálogo, de la palabra y del reencuentro", mientras que la clave para resolver esta crisis está "en ese proyecto común sin imposiciones".

Ha lamentado que se haya olvidado que "más allá de la legitimidad y de la legalidad, la fortaleza política más sólida es la que nace del acuerdo" y ha recordado que en democracia "no se vence, se convence".

"Hoy España no es la misma que ayer. Nos guste o no, España ha cambiado y tenemos la responsabilidad desde la política de cerrar heridas y buscar la España abierta, plural y respetuosa con todas sus formas de sentir y de ser", ha señalado.

Puig ha lamentado que durante muchos años se haya propagado "una xenofobia de baja intensidad", acompañada de "abundantes excesos de demagogia", y ha destacado que junto a "manifestaciones separatistas" han surgido "reacciones separadoras" y se ha permitido que "la fractura llegue al límite".

Finalmente, ha abogado por "recuperar el espíritu de los constituyentes: respetar para convivir, dialogar para sumar, acordar para avanzar".