La Vall d’Uixó es un destino turístico provincial en alza, como constatan las cifras anuales de visitantes que llegan al que se considera el segundo punto de recepción de turistas de la provincia detrás de Peñíscola: les Coves de Sant Josep. Y la ciudad, consciente de ese potencial que no deja de crecer --a partir del mes pasado con el refuerzo del cambio de la iluminación del río subterráneo, que ha supuesto un cambio sustancial en la experiencia de adentrarse en esta cavidad--, ha puesto especial empeño en demostrar a todas aquellas personas que la escogen como destino que la Vall es mucho más.

Como en otras poblaciones de la provincia, el trazado que la historia ha dibujado en su término municipal habla de riqueza, de distintas civilizaciones y, en definitiva, de un patrimonio variado y de gran interés.

‘CAMÍ DE L’AIGUA’

En la identidad de la Vall d’Uixó juega un papel esencial la presencia del agua. El río de San José es el origen de todo, la razón por la que se encuentran vestigios del paso de todas las civilizaciones presentes en este territorio. Muy conscientes de esa realidad, desde el 2015 se planteó un relato turístico que surge del paraje de San José, de les Coves, de su río y marca un trazado por una ciudad que exhibe elementos inéditos en la provincia.

El Poble de pobles, como se conoce a la Vall, separada por un barranco que marcó la personalidad de sus vecinos, ofrece un itinerario a pie por su particular personalidad, con pinceladas patrimoniales en cuya conservación y puesta en valor ha centrado los esfuerzos en esta materia del Ayuntamiento. Ese sería el caso, por ejemplo, del proyecto de recuperación de las fuentes históricas, a través de las cuales, hoy en día, se puede realizar una visita guiada. Una ruta marcada por el agua que está detrás del proyecto de recuperación de la acequia mayor, túneles trazados bajo el asfalto que podrían ser visitables en breve, como se pretende hacer también con la gran cisterna de agua bajo la plaza de la Asunción.

Y así, sigue definiéndose y poniéndose en valor un catálogo patrimonial que hasta ahora era orgullo particular de los vecinos, pero que está convirtiéndose en una razón más para que los turistas hagan un alto en el camino y reconozcan los porqués de la Vall d’Uixó.