El periódico Mediterráneo y Simetria celebran mañana, con la colaboración de UBE, la cuarta edición de la Jornada Internacional de Innovación, una cita que se desarrollará en el hotel Jaime I de la capital de la Plana, a partir de las 9.30 horas.

Uno de los cinco destacados ponentes del encuentro será Bruno de Bièvre, presidente de UBE Corporation Europe, quien hablará sobre plásticos, innovación y calentamiento global en su intervención. «Hay una gran base dentro del mundo industrial en Castellón, tanto en los sectores de la cerámica, fritas, maquinaria y gestión de aguas, como en la UJI, con diversos departamentos e institutos dedicados a la investigación, como el ITC y Espaitec. Los avances recientes de la economía en nuestra provincia se deben en gran parte a los esfuerzos de innovación llevados a cabo por todos estos agentes», revela el presidente de la compañía.

UBE Corporation Europe cuenta en la capital de la Plana con un área de I+D en el que trabajan 30 personas en avanzados laboratorios que ocupan 2.000 m2. La firma trabaja en colaboración con empresas, universidades e institutos tecnológicos para desarrollar nuevas aplicaciones y mejores materiales para recubrimientos de superficies, envases de altas prestaciones para protección de alimentos o componentes de automoción más ligeros.

«El objetivo es ofrecer soluciones de alto valor añadido que contribuyan a dar una mayor utilidad, empleando menos recursos. Por ejemplo, contamos con poliamidas que reducen el desperdicio de alimentos al conseguir un efecto barrera, evitando que el oxígeno penetre, deteriorando la comida y causando una grave pérdida de recursos productivos. La tecnología que aplicamos en estos procesos de innovación permite que lleguen a la mayoría de la población alimentos en un estado óptimo, con higiene, seguridad y a un coste razonable, o que los vehículos pesen menos cada vez y, a su vez, emitan menos CO2», señala.

«Nuestra aspiración básica es poner los recursos de innovación al servicio de un desarrollo sostenible y, en este sentido, formamos parte del grupo japonés UBE Industries que cuenta con 800 personas dedicadas a la innovación», indica Bruno de Bièvre.

Centro de I+D

En el 2000, UBE creó el departamento de I+D con tres personas y unas instalaciones reducidas. «Desde aquel momento dedicamos muchos esfuerzos a incorporar tecnología que permitiera aprovechar corrientes residuales y convertirlas en productos de química fina de alto valor añadido», confiesa De Bièvre, quien añade que en el 2004, y gracias a la transferencia tecnológica de UBE Industries, empezaron «a producir en Castelló varios tipos de nylon, un plástico de ingeniería, con grandes propiedades técnicas». «El Centro de I+D especializado nos ha permitido aprovechar esas buenas propiedades técnicas de la química fina y las poliamidas para desarrollar aplicaciones prácticas y soluciones para nuestros clientes», detalla.

Entra las innovaciones más destacadas de UBE en los últimos años está la puesta en marcha, en el 1999, de una primera línea de producción de policarbonatodiol, un producto de química fina para hacer recubrimientos de superficie respetuosos con el medio ambiente. «Ello fue resultado de una transferencia de tecnología de Japón que después fuimos mejorando con nuestra innovación de proceso en Castelló, hasta convertirnos en uno de los productores más versátiles y avanzados del mundo para este tipo de productos. Igualmente sucedió con el nylon o poliamida desde el 2004», comenta.

Durante esta semana, UBE ha presentado los resultados del 2018 y sus beneficios alcanzan los 38 millones de euros. Además, la firma ha creado 100 empleos en los dos últimos años.

Tecnologías ‘reales’

El presidente de la multinacional aboga por el uso de las nuevas tecnologías para avanzar. «El sector químico es intensivo en capital y, aparte de los avances en las aplicaciones del producto, son muy importantes las innovaciones y tecnologías reales, es decir, en el ámbito de la producción, eficiencia energética y de recursos, minimización de impacto ambiental, etc. Pero igualmente sabemos sacar partido de las TICs, por ejemplo mediante la aplicación del internet de las cosas en los sistemas de control y mantenimiento de la planta, o la aplicación de la realidad virtual en sistemas de formación para aumentar la seguridad laboral», dice.

Por último, De Bièvre destaca la importancia de la colaboración de las administraciones, empresas y consumidores para progresar. «Es muy importante una estrategia clara entre todos los agentes. El desarrollo del conocimiento requiere grandes recursos y, por ello, es importante el apoyo o financiación institucional, la labor de coordinación de todos los sectores, y el desarrollo de infraestructuras para la innovación», explica.