Los más jóvenes ya han conocido la visita de rodajes de impacto en la ciudad, gracias a las series de televisión de la actual década, pero la vinculación de Peñíscola con el sector audiovisual tiene su origen mucho tiempo atrás. Más incluso que la experiencia que supuso el celebrado Calabuch, de Luis Garcia Berlanga. La primera de las películas que se rodaron en la localidad fue Ana Kadova, y esto ocurrió hace más de un siglo, concretamente en 1913. Era una cinta de 82 minutos de duración, tenía un argumento con espionajes como fondo, y era muda. La localización elegida fue el castillo, y se cuenta que al ser una actividad tan novedosa, causó un considerable revuelo entre los habitantes de aquellos tiempos.

Otro título que está registrado en el estos primeros pasos del séptimo arte es La alegría del batallón, datada en 1924. La acción se desarrolla durante la primera guerra carlista en las tierras del Maestrat, y Peñíscola formó parte de un conjunto de escenarios como Elche, Sagunto, Murcia o la localidad granadina de Guadix. También era muda, y fue estrenada en grandes salas de cine de nuestro país, tanto en València como Barcelona y Madrid. El director fue Maximiliano Thous, y la producción fue una adaptación de una zarzuela del mismo nombre, del Maestro José Serrano con el libreto creado por Carlos Arniches y Félix Quintana.

Un año antes de la llegada de Calabuch, se rodó La vida es maravillosa, dirigida por uno de los autores más destacados de la época, Pedro Lazaga. Entre su reparto estaba el recordado Manuel Alexandre, y era una comedia que también incluyó a espacios como Segorbe o Benicarló. La característica silueta de Peñíscola desde la costa norte aparece reflejada en el cartel.

OTROS TÍTULOS

Hay otras producciones, que también pensaron en la combinación de costa, casco antiguo y ambiente marinero para hacer tomas de exteriores. Dos ejemplos de ello son Los corsarios del Caribe, una coproducción entre España, Italia y Alemania; o Jo, papá, una comedia de Jaime de Armiñán. Entre los títulos más recientes destacó la primera película de Jorge Torregrossa, titulada Fin, protagonizada por Maribel Verdú, Clara Lago y Daniel Grao, que a lo largo de toda una jornada de rodaje recorrieron el casco antiguo en una obra de género fantástico.

Las comedias españolas de la transición también pasaron por el municipio, como fue el caso de El hijo del cura, protagonizada por Fernando Esteso, que llegó a tener una secuela, El cura ya tiene hijo. Son solo algunos ejemplos de las veces que Peñíscola ha aparecido en la gran pantalla, además del enorme referente que supuso El Cid.