El ciclo de Músiques Independents de Castelló, Sons, vuelve hoy al Teatro del Raval, con tres actuaciones musicales de gran nivel internacional. La concejala de Cultura del Ayuntamiento de Castelló, Verònica Ruiz, ha expresado que «con iniciativas como esta, queremos conseguir acercar la cultura a la sociedad y sumar nuevo público a los conciertos de este emblemático teatro».

La primera actuación del ciclo correrá a cargo del norteamericano Sam Amidon, un apasionado de la música folk. A Amidon se le conoce como uno de los renovadores de la música folk americana, ha publicado más de seis discos en solitario y ha colaborado con artistas de la talla de Nico Muhly, Bill Frisell o Kenny Wheeler. Los otros dos espectáculos están programados para el lunes 24 de febrero, y el 9 de marzo.

«Este año 2020 hemos reforzado la colaboración para posicionar todavía más a Castelló en el mapa de las giras internacionales de las bandas más alternativas del panorama musical», han puesto de manifiesto desde la organización y el consistorio.

Para el mes de febrero, será la catalana Carla (Carla Serrat) quien pondrá la nota musical en el Raval con su espectáculo. Tres años después de sorprender tanto al público como a la crítica con su puesta de largo, Night Thoughts. Ahora reaparece con un nuevo disco bajo el brazo, Kill a Feeling, un álbum mucho más luminoso y con un carácter más descaradamente pop que el anterior.

Durante la preparación de este nuevo álbum, Carla Serrat ha tenido tiempo de colaborar vocalmente con David Grellier, conocido como College, un músico y DJ francés que ha producido al dúo canadiense Electric Youth y queha remezclado a estos y al músico berlinés Apparat.

Finalmente, para el mes de marzo, el Raval acogerá la actuación musical de la artista islandesa Sigurlaug Gísladóttir y su proyecto Mr. Silla. La cantante tiene un bagaje y una trayectoria espectacular. Gísladóttir es una artista versátil, capaz de formar parte de diferentes proyectos y mantener una visión personal en sus creaciones.

Con su último trabajo, virando hacia el pop electrónico, la artista se adentra en este sonido tan «islandés» que tiene sonidos abiertos y salvajes, a la vez que delicados y sutiles.