Simpáticamente mordaz y de arrojo de vasca impenitente (es irundarra, sí de esa Irún fronteriza y condescendiente), Tulsa (alter ego de Mira Iza) tiene muchas ganas de actuar en Castellón. Veinticuatro horas antes de comparecer en el Auditori i Palau de Congressos de la capital de la Plana, muestra sus vibrantes energías para que su concierto sea «maravilloso» y acuda «mucha gente». No sin antes evocar aquel templo del Ricoamor y el también desaparecido Four Seasson donde cantó hace tres años, «en una ciudad que sabe de música» y en la que siempre ha habido «un semillero de buenas bandas y afición máxima al pop-rock».

--¿Qué va a ofrecer en su recital esta noche (22.30 horas) en el Auditori de Castellón?

--Pues las canciones de mi último trabajo discográfico, Centauros, un disco con una energía diferente, vigoroso, tal vez más oscuro que otros trabajos, pero también más rockero. Son diez temas preparados a conciencia. Llegamos a Castellón con los últimos coletazos de una gira que ha durado un año, por lo que el concierto tendrá algo de mágico. De despedida, de nostalgia del deber cumplido y de habernos encontrado con nuestro público. Un concierto que será muy espontáneo, muy personal, con mucha frescura.

--Usted protagoniza en concierto, como los de antaño. ¿Los festivales tan en boga han roto el romanticismo del contacto directo del artista con el público?

--Son dos conceptos diferentes. De pequeña me moría por ir a los festivales donde puedes escuchar a varios grupos. Yo misma participé en el pasado FIB, en una actuación accidentada, por lo que mi cita hoy en Castellón es quitarme una espinita de una experiencia que no fue agradable. Lo mejor de los festivales es la convivencia, el respeto y el compartir con el resto de grupos. De todas formas, yo prefiero el formato de concierto en el que están cara a cara el artista con el público en un hábitat perfecto.

--Usted ha cantado muchas veces en Castellón. ¿Cómo es el público de esta tierra? Cómo espera que la vaya a recibir?

--Sí, hace tres años estuve en el Four Seasson, en una experiencia muy afortunada. Y muchos años antes en el Ricomar, donde ya noté que Castellón era un semillero de buenas bandas y de afición máxima al pop y al rock. Ya en aquel tiempo me percaté de que hay una gran afición a la música y un público entregado a las manifestaciones de buscar nuevas fórmulas y conceptos en las guitarras y en los teclados. Es una pena que hayan cerrado el Four Seasson que era una sala siempre abierta a las nuevas tendencias,

--¿Cómo definiría la música que hace? ¿Cuál es su estilo?

--Yo defino mi música como pop de autora. Con ciertas influencias de acústico y también más electrónica. Pero, sobre todo, entregada en cuerpo y alma a la música, a mis letras, a mi compromiso particular y personal.

--¿Le ha devorado su personaje de Tulsa? ¿Qué queda de Miren Iza?

--El personaje de Tulsa me ha devorado completamente. Soy Miren, pero con una intensa carga en mi vida personal y emocional de Tulsa. Tal vez he llegado a la conclusión de no saber quién soy ahora mismo.