Sonido Quijano. En clave de boleros. Apelando a los sentimientos y regresando a los orígenes. Café Quijano, otra vez en Castellón. Una cita de “metáforas y de recursos lingüísticos de composiciones bolerísticas que valen para todos los tiempos”. Así lo cuenta Raúl Quijano, solista del trío, capaces de esbozar una sonrisa, de hacer derramar una lágrima, de hinchar el corazón con letras de frenesí, ternura y delirio, “con una conexión especial con el público de Castellón”, señala Raúl.

--¿Qué espectáculo van a ofrecer esta vez en Castellón?

--Ofrecemos el directo que grabamos en el Auditorio de León con la canciones de los tres volúmenes de boleros, pero también con un pequeño guiño a nuestra anterior etapa musical con cinco canciones más ye-yés, y tocando los instrumentos de un género rescatado como el bolero.

--El bolero, ¿necesario en tiempos de cólera?

--Lo que es necesario es el amor. Y el bolero vale para el desánimo, para los sentimientos, para superar la soledad, para apelar a los sentimientos. Siempre nos hemos sentido influenciados por un género que hemos sentido y vivido desde pequeños, que forma parte de nuestras vidas. El bolero vale para todos los tiempos.

--Y bolero para apelar a los sentimientos, a las emociones.

--Sin duda. El bolero son metáforas, que pueden ser simples, pero ricas en contenidos y en recurso lingüísticos. La composición bolerística siempre es muy rica.

--Su última actuación en Castellón fue en el 2014. ¿Cómo es el público de esta tierra?

--Pues la verdad es que tenemos una conexión especial con la gente de Castellón. Nos tratan siempre muy bien.

--Los boleros, ¿cierran definitivamente la puerta de ‘La taberna del Buda’?

--No, no. Los boleros es una parte esencial de nosotros, pero también nuestras anteriores canciones. Somos pop-rock y boleros. Somos nosotros. H