Ñekü son nuevos en la escena made in Castellón. Desde que en el 2016 salió su maqueta Hexapolar, con la que giraron en 86 conciertos, dicen, con citas en pequeño formato unas, festivaleras otras, no han parado. Ahora ruedan con 36 segundos, un disco que les define en un rock indie con dosis de electrónica, y que les lleva al BP Sant Pere Music Contest, donde compiten contras 18 bandas por estar en la semifinal que se celebrará el 28 de junio en el Grao.

--Sois una bandas muy prolífica en temas y conciertos en este último año... ¿Ha sido intenso?

--El pasado año lo pasamos en la carretera. Lo recordaremos como nuestro bautizo en festivales y largas distancias para tocar. Imagina a cuatro locos disfrutando de los logros conseguidos a base de picar piedra y no rendirse jamás. Terminamos la anterior gira delante de cientos de personas en el Granada Sound tocando a las diez de la noche. Ese día decidimos encerrarnos a grabar un nuevo disco, no parar, crear para poder volver a salir a la carretera. Y así ha sido. Sin pausa, sin descanso y con más ganas que nunca.

--Voz con personalidad, banda que lo da todo y sonido que engancha. ¿En quién os miráis?

--Ñekü es la mezcla de los gustos más dispares. Creo que los componentes no coincidimos en ningún cedé de los que podemos llevar en el coche. Pero eso nos hace bien. Supongo que es parte de nuestra esencia. A la vez nos hacemos descubrir (con más o menos suerte) a bandas a las que, de otro modo, probablemente no prestaríamos atención. Y con todo y de todo se aprende para crear cuando llega la inspiración. Yo flipo mucho con Sidecars, Full, Varry Brava, y con compañeros de esta lucha por emerger como Veintiuno o Villanueva. Pero seguro que el resto de los Ñekü te darían parte de otras bandas opuestas.

--‘36 segundos’, vuestro último disco, es fruto de un ‘crowfunding’. ¿La autoedición es la manera de hacer lo que se quiere?

--El crowfunding nos ayudó, y nos dio un subidón pensando en el apoyo y confianza de los fans. Si fuéramos ricos viviríamos dentro de un estudio de grabación y sólo saldríamos para tocar.

--De tocar en un autobús, al Granada Sound o el SanSan... ¿Cómo es cada formato?

--Lo del autobús fue el concurso más raro-bonito-entrañable que hemos ganado. La cara de la gente al subirse y vernos tocar… no se olvida. El objetivo es siempre hacernos oír. Al final, cada directo es una historia que siempre terminan igual: bajándonos del escenario sonriendo y si nadie quedó indiferente, misión cumplida.