Basada en personajes reales y desde el relato oral, «una historia que conocí cuando presenté La maledicció dels Palmisano» parte de «unos hechos históricos», argumenta Rafel Nadal, escritor y periodista, que presentó ayer en la Llibreria Babel de Castelló su nueva obra, El fill de l’italià,

Una novela «en busca de la identidad, no solamente de un millar de marineros italianos que se refugiaron en Caldes de Malavella - cuyas vivencias son el eje argumental del texto- , sino también de los propios nativos del pueblo, y de más extranjeros que, en tiempos de posguerra, convirtieron al municipio en territorio fronterizo, cruce de culturas, y miscelánea de lenguas», contó Nadal. «Una historia de supervivencia», como son las de ahora, las que ocurren en la vida cotidiana. Las de todos los días

Un viaje literario al pasado de introspección donde «hombres y mujeres sufren, aman pasan frío y se divierten» como almas errantes en una época de la historia de Europa. Una obra de «avatares íntimos», destaca el escritor gerundense, «en la que se narran las consecuencias de una guerra».

Galardonada con el Premi Ramon Lllull, uno de los más reconocidos y mejor dotados de las letras catalanas, El fill de l’italià es «amor, ternura e intriga en un tiempo oscuro», detalla.

LOS EXILIADOS // «Y en una Caldes de Malavella, ciudad balnearia, donde se mezclaban exiliados judíos que huían de la guerra europea, españoles de uno y otro bando, guardias civiles, buscavidas, personajes atormentados...».

Consagrado escritor, no reniega de su etapa de periodista (fue director de El Periodico de Catalunya entre 2006 y 2010), tal vez porque lo malo del pasado es que «no lo puedes negar» como decían los Cafe Quijano, ahora está dedicado a las letras. «Necesito escribir de forma reposada y tranquila», justifica su estatus vital desde una serenidad pasmosa y un equilibrio constante.

Y reivindica la literatura en catalán, «que goza de muy buena salud, no solamente en Cataluña, sino en el Pais Valencià, con escritores de la talla de Ferran Torrent y Martín Domínguez, sino también en Mallorca». Porque lo importante es la literatura «y nuestra forma de expresarnos», concretó el escritor. H