Emocionante. La Retaule de Nadal del Orfeó Valencià Navarro Reverter llegó anoche al corazón y a los sentimientos de decenas de castellonenses que llenaron la concatedral de Santa María para disfrutar de un concierto navideño por todo lo alto. Como colofón, el coro, formado por 80 cantantes, interpretó con vigor y entusiasmo la Nadala del Desert, de la compositora castellonense Matilde Salvador, así como el tradicional Stille Natch (Noche de paz) de Gruber que llegó a los corazones de todos los presentes en lo que podría denominarse como el concierto del año, bajo el auspicio de la Fundació Bancaixa.

El director del Orfeó Valencià, Ferran Català, declaró a Mediterráneo que para él es «un gran honor» volver a Castellón, donde «hasta el 2012 venía siendo tradición celebrar este concierto que tanto gusta a los castelloneses y tanto significa» para ellos.

La concatedral estaba anoche llena. El público expectante. El Orfeó comenzó entonando unas magníficas piezas del Renacimiento y prosiguió con la interpretación de tres famosas obras del Mesías de Händel como fueron And the glory of the lord, For unto us a child is born y el Hallelujah que puso la piel de gallina.

UN PASEO POR EL SIGLO XX // El ambiente era extraordinario, la gente, realmente, estaba disfrutando. Siguió el coro, acompañado por las sopranos Amparo Silla, Isabel María Gracián y Marie-Sophie Kuenne junto al barítono José Vicente Enguídanos, con la pieza breve del inglés Thomas Tallis, del siglo XVI, así como la obra Gloria de Rutter, del siglo XX, además de entonar el conocido Prère du matin de Berlioz.

Siguió el entusiasmo para los oídos con el tradicional Diuen que el mesies bajo los arreglos de Jesús Debón, el pianista del Orfeó, que destacó sobremanera.

La obra del americano Jenkins, Ave verum, y Come back! de Chilcott anunciaban ya el final, bajo la excelente dirección de Josep Lluís Valldecabres. El villancico A sound of singing fills the air, de Malcolm Archer, fue el broche a una noche de dulce Navidad.