La cereza es el único fruto de hueso, que recolectado antes de tiempo, no madura fuera del árbol. Desde principios de mayo hasta mitad del verano se pueden comprar cerezas cultivadas en la provincia de Castellón en las fruterías de los mercados municipales.

Se trata de una fruta delicada, de recolección manual, fruto a fruto, dulce, carnosa, jugosa y refrescante que se puede degustar sola, fresca o en preparaciones culinarias dulces y saladas. Es muy apreciada en pastelerías y confiterías, ya que con ella se elaboran ricas tartas, pasteles, turrones, mermeladas, salsas y canapés. Son beneficiosas para la piel, mejoran el tránsito intestinal y son buenas para la tensión.

Al comprarlas, hay que tener en cuenta que no tengan manchas marrones ni que estén arrugadas. Vienen clasificadas por categorías según su tamaño y su calidad. Si están un poco verdes se deben dejar fuera de la nevera para que maduren y si están maduras se guardan en el refrigerador en la parte de la fruta y verdura, teniendo la precaución de no amontonarlas para que no se ablanden, pueden guardarse hasta cinco o seis días.

Clima montañoso

El clima mediterráneo montañoso condiciona y favorece este cultivo de secano, producido siempre en pequeñas extensiones. Hablar de cerezas en nuestra provincia es hablar de la Salzadella, donde este fin de semana se celebra la Fira de la Cirera. En esta feria se pueden adquirir y degustar distintas variedades de cerezas, mermeladas, licores o postres elaborados con este fruto.

Asimismo, la comarca del Alto Palancia es productora de cerezas, especialmente Caudiel, que también dedica jornadas a esta fruta. Las cerezas que se recolectan en los campos de la pequeña población de Villamalur son muy apreciadas por su calidad.