Las cerezas son una fruta delicada de recolección manual, dulce, carnosa, jugosa y refrescante, que se pueden tomar solas, frescas o en preparaciones culinarias dulces y saladas. Muy apreciada en pastelerías y confiterías, con ella se elaboran excelentes tartas, pasteles, turrones, mermeladas, salsas y canapés.

A pesar de ser muy dulce es poco calórica, similar a una manzana o una mandarina. Son beneficiosas para la piel, mejoran el tránsito intestinal y son buenas para la tensión arterial. Las cerezas no deben faltar en temporada en una dieta completa, equilibrada y, a la vez, saludable.

El clima mediterráneo montañoso condiciona y favorece este cultivo de secano, producido en pequeñas extensiones. Hablar de cerezas en nuestra provincia es hablar de la Salzadella. Este cultivo es muy tradicional en este pueblo que organiza el primer fin de semana de junio la Fira de la Cirera. En esta feria se pueden adquirir y degustar distintas variedades de cerezas, mermeladas, licores o postres elaborados con este fruto. En restaurantes y bares de la población disponen de menús temáticos para saborear esta delicia local con el reconocimiento de la Marca de calidad de la Comunitat Valenciana.

Desde mitad de mayo hasta bien entrado el verano se pueden adquirir cerezas cultivadas en nuestra provincia en las fruterías de los mercados municipales. Al comprarlas, hay que tener en cuenta que no tengan manchas marrones ni que estén arrugadas. Vienen clasificadas por categorías según tamaño y calidad. Si están un poco verdes, se deben dejar fuera de la nevera para que maduren, si están maduras se guardan en el refrigerador, teniendo la precaución de no amontonarlas para que no se ablanden. Pueden guardarse hasta 5 ó 6 días.

A la hora de degustarlas conviene sacarlas 15 minutos antes de la nevera para que sean más aromáticas y sabrosas.