La Romeria, la mascletà, la Ofrena, el Vítol, la visita a las gaiatas... Son muchos los actos que no pueden faltar en cualquier Magdalena, pero siempre están acompañados por el buen yantar, a poder ser con productos típicos de Castellón. Para esta semana de fiestas fundacionales existen varios platos indispensables para cualquier castellonero que se precie. En este artículo hemos querido destacar cinco, pero a buen seguro cada colla y gaiata tiene los suyos propios para matar lo cuc en Sant Roc, como reza el Rotllo i Canya.

Tortilla de fabes

En plato o en bocadillo, pocas comidas más típicas que esta. Quien más, quien menos habrá degustado en alguna ocasión este manjar subiendo a la Magdalena. Para preparar una exquisita tortilla de fabes para cuatro personas bastaría con un kilo de habas, seis huevos, un buen chorro de aceite y sal. La preparación no puede ser más sencilla. «Echamos las habas en el aceite oliva virgen caliente, y cuando ya veamos que estén hechas, le echamos los seis huevos batidos hasta que cuaje. No hace falta más que una pizca de sal, ni ajos ni nada, porque ya queda así sabrosa», confirma Pili, de la Frutería Castellón, que añade que «el plátano y la naranja son las frutas más empleadas por estas fechas porque son muy cómodas para llevar y fáciles de pelar».

Ximos

Para su elaboración, según confirma Andrés Benages, necesitaríamos panecillos (tantos como ximos queramos); tomate, cebolla y pimiento para la fritada; atún desmigado; huevo duro; piñones, huevos para rebozar los panecillos; leche si los panecillos tienen mucha corteza y aceite para freír. Su preparación es sencilla y el resultado es exquisito. Se pueden consumir fríos o calientes, y con diferentes rellenos. Los hay incluso con morcilla, con sepia, algunos les ponen olivas, sardinas... En València, por cierto, los conocen como pepitos.

Paellas monumentales

A quién no le gusta un buen arrocito de Castellón... La diferencia en Magdalena es que más que arrocito, los cocineros más avezados preparan gigantes paellas para decenas o incluso cientos de comensales. El secreto en esta ocasión es el de tener claro los porcentajes, introducir buena materia prima para el caldo y conseguir un fuego uniforme que no queme los productos.

Aperitivo indispensable

Los cacaus y tramussos no pueden faltar en cualquier mesón, colla o gaiata que se precie. El picoteo se prolonga prácticamente durante todas las horas del día en el que el castellonero está despierto en Magdalena y estos tradicionales frutos secos suelen estar acompañados por embutidos -preferiblemente secos-, como longanizas, morcillas o chorizos. «En fiestas duplicamos la producción y también se llevan muchos jamones», confirma Rosa Flor, de Embutidos Flor.

Figues albardaes

La manzana de caramelo, el algodón de azúcar o el coco cortado de la feria conviven en cuanto a los postres que degustar recorriendo la ciudad con churros, chocolate caliente, porras o buñuelos, sin embargo, el postre por antonomasia de la Magdalena es la figa albardà. Tradicionalmente, estos higos secos rebozados se toman con una barreja (mezcla de cazalla y moscatel) y son buenos a cualquier hora.