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AElena Villalonga no le gustan las películas de artes marciales, pero eso no evita que viva momentos dignos del mejor guion de cine. El último sucedió recientemente en la localidad china de Emeishan, donde salió a competir ante miles de personas en un recinto de tres plantas repleto de público. En juego estaba el campeonato del mundo de wushu tradicional, en una cita que aglutinó a más de dos mil participantes de 48 países. En ella, Elena logró un brillante segundo puesto que confirma su proyección como deportista internacional.

Desconocida para el gran público y casi invisible para los patrocinadores (solo cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de les Coves de Vinromà, su localidad natal, y de la empresa cerámica Codicer 95), esta joven de 23 años entrena desde que tenía ocho en la escuela de artes marciales Lung Tao de Castelló, bajo las órdenes del maestro Rafael Julián, uno de los pioneros en España de la disciplina. Pese a sus numerosos éxitos, Elena Villalonga es el secreto mejor guardado del deporte castellonense. Ha sido campeona de España en 12 ocasiones, en todas las categorías desde infantiles hasta sénior, y hace un par de años empezó a asomar con frecuencia más allá del territorio nacional.

El reciente subcampeonato mundial es un premio a la constancia de la castellonense, que destaca los «valores» que conlleva la práctica del wushu, una modalidad que mueve masas en China. «El respeto, la disciplina y el trabajo duro», desgrana Elena. «Desde pequeña he aprendido a comprometerme conmigo misma», subraya. Entrenar «cinco o seis días» a la semana es «una obligación moral», una preparación que compagina dando clases de artes marciales a niños en la escuela y en otro gimnasio, y de defensa personal a mujeres en colaboración con los ayuntamientos de distintos pueblos de la provincia.

Pasados unos días, Villalonga sigue recordando con «emoción» el Mundial de China. Contrasta en el recuerdo con su primera competición, de niña. «Quedé la última», rememora, pero en la segunda ya ganó «un bronce» y el deporte la «enganchó». La historia no termina hoy. El calendario otoñal aguarda cargado de citas: Noruega, Italia y Suecia esperan a la castellonense.