F rancia está en la fase tres de la alerta sanitaria por coronavirus, tiene 5.423 infectados, 900 más que hace 24 horas, y los muertos ascienden a 127; los cafés, restaurantes y comercios no esenciales están cerrados al menos hasta el 15 de abril y los expertos llevan días alertando de que el país se acerca al escenario italiano, pero aun así celebró ayer la primera vuelta de las elecciones municipales a las que estaban llamados 47 millones de electores.

La jornada se ha saldado con una abstención récord del 54% que arroja dudas sobre la oportunidad de mantener los comicios a pesar de que el ministro del Interior, Christophe Castaner, considera que ese porcentaje «no tiene nada de inédito». Además, hay serias dudas sobre la celebración de la segunda vuelta prevista el próximo domingo 22 de marzo. Líderes políticos como el presidente de Europa Ecología Los Verdes, Jannick Jadot, han pedido posponerlo y Marine Le Pen ha dado por hecho que el escrutinio no se mantendrá, que ha reclamado también a Emmanuel Macron confinar a toda la población y cerrar las fronteras con los países más afectados por el virus, entre ellos Italia y España.

El primer ministro, Edouard Philippe, se ha felicitado del respeto escrupuloso de las consignas sanitarias en los colegios electorales, pero ha admitido que la abstención revela la inquietud de los franceses ante la epidemia. Ha anunciado que antes de decidir si se mantiene o no la segunda vuelta consultará con los expertos científicos y la clase política. De aplazarse, algunos juristas sostienen que se invalidaría el resultado de la primera y obligaría a empezar todo el proceso.

En cuanto a los resultados, los primeros datos sitúan claramente en cabeza al candidato de Reagrupación Nacional (ex Frente Nacional), Louis Alliot, con un 35,2% de los votos en Perpignà, mientras que el alcalde saliente, Jean-Marc Pujol, obtendría solo el 18,7% de los sufragios.

Los ministros que concurrían a las municipales, entre ellos Edouard Philippe en Le Havre o el titular de Cultura, Franck Riester, en Coulommiers, han salido bien parados al liderar la carrera. Los ecologistas encabezan Burdeos mientras que en Lille es la socialista Martine Aubry quien logra la primera plaza. La actual alcaldesa de París, la también socialista Anne Hidalgo, supera a su principal rival, Rachida Dati.

En muchas ciudades será imposible saber el color político del próximo alcalde si la segunda vuelta no se celebra porque suele depender de las alianzas que se fraguan entre las dos vueltas.

En el aire está también la posibilidad de que Emmanuel Macron termine declarando el estado de emergencia. «Vamos hacia una epidemia generalizada en los próximos días, pero todo dependerá del comportamiento del virus y sobre todo del respeto colectivo de las medidas de barrera», advertía el pasado sábado el director general de Sanidad, Jérôme Salomon.

Según el diario Le Monde, que ha consultado las estimaciones del impacto del virus realizadas por los científicos que asesoran a Macron, el escenario para Francia es alarmante si no se toman medidas de prevención o contención. En el peor de los casos, el Covid-19 podría causar entre 300.000 y 500.000 muertos. Francia necesitaría además entre 30.000 y 100.000 UCIs para atender a los pacientes en el pico de la epidemia.

En estas elecciones el reto para el partido presidencial La República en Marcha es lograr una representación local de la que ahora carece, mientras que para los partidos tradicionales, el objetivo es demostrar su capacidad de recuperación respecto al descalabro de las europeas o de supervivencia en el caso del Partido Socialista.