Las autoridades del estado australiano de Victoria han decretado nuevas restricciones para atajar el brote de covid-19 que este lunes ha sumado 429 nuevos casos y 13 fallecidos más. Entre las medidas anunciadas por el primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, está el toque de queda en la capital, Melbourne, desde este domingo, así como la declaración de estado de desastre para toda la región con el que se confiere mayores poderes a la policía.

Melbourne, segunda ciudad más poblada de Australia con cinco millones de habitantes, fue reconfinada el pasado 9 de julio para controlar la propagación del virus, que ha infectado en las últimas cinco semanas a unas 9.000 personas tras aparentes fallos de seguridad en la cuarentena de los viajeros internacionales.

Además del toque de queda, el Gobierno de Victoria ha elevado este lunes las restricciones del nivel 3 al 4, lo que prohíbe a sus habitantes alejarse más de cinco kilómetros de sus hogares, realizar más de una hora de ejercicio al día al aire libre y limita las salidas para hacer la compra a una persona por día en cada hogar.

CIERRE DE LA MAYORÍA DE COMERCIOS

Asimismo, las autoridades instan a teletrabajar a todos aquellos que puedan y han decretado el cierre de la mayoría de comercios, entre ellos bares, restaurantes y gimnasios, desde la medianoche del miércoles y al menos hasta el 13 de septiembre. Solo los servicios esenciales, como tiendas de comida, farmacias, gasolineras, bancos y oficinas de correos, así como los trabajadores situados en "primera línea", entre los que ha incluido a los de los medios de comunicación, sanitarios y fuerzas de seguridad, podrán continuar operativos.

También se prohíbe por primera vez la celebración de bodas, mientras que los funerales estarán permitidos pero con un límite de 10 personas.

"Soy consciente de que esto tendrá graves consecuencias en un gran número de negocios, trabajadores y familias, por lo que haremos todo lo que podamos para aligerar esta carga", prometió Andrews, antes de avisar de que si no se toman ahora estas medidas, se deberá ir "a un confinamiento aún mayor".

MASCARILLAS OBLIGATORIAS

En el resto del estado de Victoria, se han endurecido las medidas de distanciamiento social y, desde la semana pasada, es obligatorio el uso de la mascarilla fuera de casa, y los estudiantes volverán a las clases virtuales.

Para paliar los efectos económicos y sociales de las nuevas restricciones, el Gobierno de Victoria anunció subsidios para las empresas afectadas por los cierres de hasta 10.000 dólares australianos (6.061 euros). Por su parte, el primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció un "pago por desastre" quincenal de 1.500 dólares australianos (unos 907 euros) para los trabajadores del estado afectado que tengan que darse de baja, especialmente para los inmigrantes con visados temporales que no puedan acceder a las ayudas gubernamentales para residentes y ciudadanos.

El rebrote de Melbourne también ha supuesto el retraso indefinido de la burbuja de viajes entre Australia y Nueva Zelanda que negociaban ambos gobiernos y que pretendían poner en marcha el próximo mes de septiembre.