E l ejercicio de contrastes entre las propuestas electorales y las personalidades políticas de Donald Trump y Joe Biden volvieron a personificarse ayer en Wisconsin, uno de los estados que se anticipa clave en las elecciones del 3 de noviembre y que desde el 23 de agosto ha entrado con fuerza en el atlas estadounidense de las protestas por la violencia policial contra los negros en Estados Unidos tras el caso de Jacob Blake, que durante un arresto en Kenosha recibió de un policía blanco siete disparos por la espalda que le han dejado paralizado. Dos días después de la visita a la localidad del presidente, que se centró en los barrios más golpeados por los episodios de violencia y saqueos que salpicaron las protestas, el candidato demócrata a la Casa Blanca viajó también a Kenosha, donde protagonizó un encuentro con líderes de la comunidad.

Antes, nada más aterrizar en Milwaukee, Biden mantuvo una reunión privada de cerca de hora y media en el aeropuerto con familiares de Blake y representantes de su equipo legal, como la madre y el principal abogado conectados por teléfono, por el que también entró el hospital Jacob Blake. Trump rechazó conversar con la madre por la exigencia de esta de que estuvieran presentes letrados.

Mientras el presidente aprovechó su visita a Kenosha para reunirse con representantes de la policía locales y negar que exista un problema de racismo sistémico en EEUU, insistiendo en la idea de que son solo algunas «malas manzanas» y llegando a comparar el tiroteo de Blake con una mala jugada de golf, Biden acudió a una pequeña iglesia luterana para participar en una sesión sobre todo de escucha con cerca de dos docenas de representantes de la comunidad, de líderes empresariales y religiosos y civiles a oficiales de la ley.

Biden fue contestando a sus comentarios y además de volver a denunciar que Trump «legitima el lado oscuro de la naturaleza humana» también trató de dejar un mensaje positivo sobre la «oportunidad» que representa el momento de reflexión nacional sobre el racismo. «No soy pesimista. Soy optimista sobre la oportunidad si la aprovechamos», ha dicho. «No me digan que las cosas no pueden cambiar».

Encuestas de la conservadora Fox (que Trump ha denunciado como «falsas») dan cinco puntos de ventaja al demócrata en Wisconsin precisamente en la crucial cuestión que Trump trata de hacer eje electoral y la media de encuestas en el estado que mantiene Real Clear Politics colocan a Biden cuatro puntos por delante. H