Recuperado, al menos lo suficiente para volver al trabajo, Boris Johnson retoma hoy sus funciones como primer ministro británico. El coronavirus, cuyo poder letal menospreció en un primer momento, le ha dejado fuera de circulación durante más de tres semanas. Johnson, que abandonó el hospital el pasado 12 de abril, después de pasar dos noches en cuidados intensivos y ha estado convaleciente en la residencia de campo de Chequers, vuelve a Downing Street en medio de un intenso debate sobre el impacto del confinamiento en la vida de los ciudadanos y muy especialmente en la economía.

La presión aumenta para que el Gobierno presente la hoja de ruta de salida al cerrojazo provocado por la epidemia, que ya se ha cobrado más de 20.000 vidas, sólo en los hospitales. Destacadas figuras del Partido Conservador, como Ian Ducan Smith o Andrea Leadson, empresarios conocidos por sus donaciones a la formación tory, como los billonarios, Peter Hargreaves y Michael Spencer, han pedido a Johnson que reduzca las actuales restricciones.

VARIAS FIGURAS / Tres miembros del Gabinete habrían mostrado también en privado su preocupación, al igual que varias figuras de la oposición, partidarios todos de una suavización de las medidas de confinamiento, por miedo a los daños económicos. Las decisiones en las próximas semanas serán trascendentales y sólo Johnson como primer ministro tiene autoridad para tomarlas.

El ministro de Exteriores, Dominic Raab, que ha asumido temporalmente la suplencia de Johnson, rechazó la posibilidad por parte del Gobierno de una inmediata relajación de las medidas de confinamiento domiciliario, impuestas el 23 de marzo y que en principio estarán en vigor hasta el 7 de mayo. El Reino Unido se halla aún en «un momento delicado y peligroso» y debe seguir tratando de reducir la dispersión del virus, afirmó Raab.

La pasada semana se volvió a superar en una sola jornada la cifra de 800 fallecidos, aunque ayer cayó a 413. «Si tomamos las medidas equivocadas en este momento, no sólo sería un riesgo para la salud pública. Sería también un riesgo para la economía. Habría un segundo repunte, un segundo confinamiento y eso sería un golpe muy grave para la confianza del público», señaló.

NUEVO LÍDER / Raab indicó que en el Gobierno están «haciendo los deberes», preparando el plan para aliviar las actuales normas, pero «es irresponsable el comenzar a especular sobre medidas individuales». Desde la residencia de campo de Chequers, Johnson, en contacto con algunos miembros del Gobierno habría indicado que «la salud de los ciudadanos debe ser la ley suprema».

A su regreso, el primer ministro se va a encontrar también con un nuevo líder de la oposición laborista, Keir Starmer, muy distinto, en fondo y forma, a su antecesor, Jeremy Corby, quien había sido durante cinco años un contrincante demasiado fácil para los conservadores. Johnson deberá responder a las críticas de la gestión hasta ahora de la crisis.

Starmer ha pedido al Gobierno que «trate a los ciudadanos como adultos, no como niños» y ha resumido la respuesta del Ejecutivo como una sucesión de retrasos y oportunidades perdidas. «Demasiado tarde en el confinamiento, demasiado tarde en las pruebas, demasiado tarde para la entrega de material de protección y, ahora, el Gobierno es demasiado lento para dirigir a la gente», dijo.