A exactos dos meses del estallido social que ha puesto contra las cuerdas al Gobierno de derechas chileno, la Cámara de Diputados aprobó en general el proyecto de ley de reforma constitucional. El paso dado no deja de tener aristas polémicas que auguran mayor conflictividad en la calle: por el momento han quedado afuera de la iniciativa cuestiones medulares como la paridad de género, las cuotas para los pueblos originarios y las candidaturas independientes.

De acuerdo con el diario La Tercera, esas omisiones no son definitivas y existe todavía un margen de negociación que puede llegar a buen puerto. Ahora la reforma pasará al Senado donde, según el portal El Desconcierto, los parlamentarios de oposición podrían insistir en reponer las indicaciones que fueron descartadas en la Cámara Baja. Las fuerzas de derecha son reticentes a aceptar esas modificaciones.

"No estoy disponible para legitimar un proceso constituyente que no cuente con las mujeres, los pueblos originarios y los independientes", advirtió el legislador del Frente Amplio (izquierdas), Gabriel Boric. La sesión no estuvo exenta de tensiones y controversias. "La constitución será con nosotras o no será", dijo durante el debate la diputada Catalina Pérez del opositor Revolución Democrática (RD), desatando aplausos en la tribuna.

Un grupo de feministas irrumpió durante el debate al grito de "Alerta machista, que todo el territorio se vuelva feminista!" y tras ser desalojadas interpretaron la famosa performance "Un violador en tu camino" frente al Congreso.

LOS PRÓXIMOS PASOS

La necesidad de terminar con la vigencia de la Constitución que la dictadura miliitar (1976-90) escribió a imagen y semejanza del general Augusto Pinochet en 1980 se ha convertido en una de las exigencias primordiales de las manifestaciones que comenzaron inmediatamente después del 18 de octubre. El proyecto de enmienda es el resultado del histórico acuerdo alcanzado el pasado 15 de noviembre entre el oficialismo y la oposición -a excepción de los comunistas- para tratar de solucionar la grave crisis que ya suma al menos 24 muertos y miles de heridos.

El futuro texto fundamental debe dejar atrás la matriz neoliberal que le imprimieron los civiles que en su momento acompañaron al Gobierno militar y que para los impulsores de las movilizaciones es el factor fundamental de las desigualdades sociales.

El acuerdo parlamentario de noviembre incluye la convocatoria de un plebiscito el 26 de abril de 2020 para preguntarle a la ciudadanía si quiere una nueva Constitución y qué mecanismo prefiere para redactarla: una convención mixta, formada a partes iguales por los actuales parlamentarios y ciudadanos electos; o una asamblea integrada solo por personas escogidas únicamente para ese fin.

Si el plebiscito es aprobado, la elección de los miembros de una u otra instancia se realizará en octubre del año venidero, coincidiendo con las elecciones regionales y municipales bajo sufragio universal. El voto será voluntario. Pero la ratificación de la nueva Constitución se realizará con sufragio universal y obligatorio.