El reinado del primer ministro israelí en funciones, Binyamin Netanyahu, empieza a hacer aguas. El fiscal general del Estado, Avijai Mandelblit, anunció ayer que lo acusará formalmente de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción, denominados 4000, 2000 y 1000, según informó en un comunicado el Ministerio de Justicia israelí. Netanyahu reaccionó con contundencia, alegando que se trata de «un intento de golpe» para derrocarlo.

La acusación llega en pleno bloqueo político en Israel y sin nuevo gobierno desde las elecciones de septiembre. A Netanyahu se le complica seguir en el poder en una eventual tercera cita electoral. No obstante, el jefe del Gobierno no tiene la obligación legal de dimitir de su cargo, pero si finalmente es condenado, el Parlamento podrá votar la destitución si el delito implica «depravación moral», como ocurre con la acusación de cohecho, según recoge la Ley Básica israelí, con rango constitucional, según informa la agencia Efe.

En los tres casos de corrupción, Netanyahu ha sido acusado de fraude y abuso de confianza, y además, en el 4000, se considera que cometió cohecho, la acusación más grave.

En el 4000, Netanyahu habría hecho favores entre el 2012 y 2017 al gigante de telefonía israelí Bezeq a cambio de cobertura favorable de él y su mujer, Sara, en un popular digital de noticias, Walla, ambos controlados por el mismo empresario, Shaul Elovitch, que también está acusado en el proceso junto a su mujer, Iris. En el caso 1000, es sospechoso de haber aceptado regalos de millonarios para él y su familia -por hasta un millón de shéquels (unos 260.000 euros) en puros, joyas, viajes y champán francés- de dos millonarios a cambio de favores.

POSIBLE PETICIÓN DE INMUNIDAD / La Fiscalía ha enviado una copia del documento al presidente del Parlamento, Yuli Edelstein, para «permitir que el primer ministro notifique a la Kneset si desea solicitar la inmunidad», algo que debería deliberar un comité especial que no puede formarse sin un nuevo Gobierno. Netanyahu, el político que más tiempo ha sido primer ministro en la historia de Israel, se convierte en el primero acusado judicialmente de corrupción mientras ocupa el cargo. En un discurso televisado, el conocido popularmente como Bibi afirmó que «habría que estar ciego para no ver que algo malo está ocurriendo con la policía y la fiscalía, porque somos testigos de un intento de golpe de gobierno contra el primer ministro a través de un proceso de investigación sesgado». «No permitiré que las mentiras ganen (…) Seguiré liderando este país», sentenció.

Israel inicia ayer una etapa política sin precedentes después de que dos candidatos fracasaran en la formación de Gobierno, y ahora el Parlamento (Knéset) tiene el último intento para evitar unas terceras elecciones. Alcanzar un Gobierno de unidad -como piden el presidente o el ultraderechista Avigdor Lieberman- aún sería posible, pero será difícil que la coalición Azul y Blanco de Gantz y el partido Likud de Netanyahu se pongan de acuerdo tras no haber acercado posturas estos últimos meses.