Como hizo Italia y luego España, Francia se confina durante al menos 15 días y solo permitirá los desplazamientos para ir a trabajar cuando el teletrabajo sea inviable, hacer compras de primera necesidad, acudir al médico, por motivos familiares urgentes, para ayudar a personas vulnerables o cuidar niños, así como salidas cortas, cerca de casa, para hacer algo de deporte y sacar al perro.

En todo caso será necesario llevar un certificado que se puede descargar en la página web del Ministerio del Interior o disponer de una credencial profesional. En el certificado tienen que figurar los datos personales, fecha, firma y el motivo para estar en la calle.

Habrá 100.000 policías y gendarmes patrullando. En caso de infracción, la multa puede llegar a los 135 euros. Se podrá practicar una actividad física o sacar al perro, pero con calma, respetando las consignas sanitarias y los gestos de barrera, sin hacerlo en grupo.

Sospechando que las restricciones a los viajes eran cosa de horas, muchos parisinos llenaron este lunes las estaciones de tren para dejar la capital y dirigirse al campo. «Nos vamos a casa de mis padres, que viven en las afueras, tienen jardín y animales y podremos trabajar desde allí», explicaba Camille, una joven informática de 25 años.

Francia registraba el lunes 6.633 casos confirmados de coronavirus, 400 en estado grave, y 148 muertos. Según el ministro de Sanidad, Olivier Véran, la saturación de las unidades de cuidados intensivos de determinados hospitales está obligando al traslado de pacientes. Los helicópteros del servicio sanitario del Ejército iniciaron ayer la evacuación de enfermos graves a regiones donde los centros tienen sitio. El ministro señaló que se trata de pacientes jóvenes.