Los aplausos, los cánticos y los gritos de todo tipo acompañaron el pasado lunes a la votación del informe final de la comisión parlamentaria de "impeachment" en Brasil. Por 38 votos a favor y 27 en contra, la comisión dio el primer paso hacia la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.

Una escena similar se vivió en la Cámara de los Diputados este martes durante la lectura del texto ante los 513 parlamentarios que el próximo domingo decidirán el futuro de la mayor democracia de América Latina.

La polarización de los políticos brasileños, que en alguna ocasión llegaron a las manos, es el reflejo de un país dividido entre aquellos que califican el juicio político a Rousseff de "madurez democrática" y quienes directamente lo tachan de "golpe parlamentario".

Mientras tanto, el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se dedican a atraer al mayor número posible de aliados de cara a la votación del domingo. La pregunta del millón es: ¿será suficiente para frenar el 'impeachment'?

Aunque por el momento todo son especulaciones, los cálculos del exministro de Presidencia, Jaques Wagner, apuntan a que Rousseff conseguirá reunir los 171 votos necesarios para lograr el archivamiento de la causa en su contra.

LA OPOSICÓN OPTIMISTA

Sin embargo, el contundente resultado en la comisión parlamentaria el pasado lunes ha insuflado optimismo en la oposición del país que no duda en acumular los 342 votos, equivalente a dos tercios de la Cámara baja, con los que lograr el avance del impeachment al Senado.

No obstante, cabe recordar que, según el Instituto Datafolha, todavía existe un 28% de diputados que no tendrían decidido su voto a estas alturas. Como siempre, los 69 diputados del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), un auténtico "partido bisagra" en la política del país, tendrán la última palabra sobre el proceso.

A pesar de que el PMDB optó hace poco menos de un mes en abandonar la coalición de Gobierno, su líder en la Cámara de los Diputados, Leonardo Picciani, confirmó este martes que el voto de cada diputado será libre.

Irónicamente, el PMDB no es solamente el partido del presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, quien se encuentra imputado por la corrupción en Petrobras y apareció en los"papeles de Panamá", sino que también es el partido delvicepresidente Michel Temer quien, en estos momentos, sueña con asumir la presidencia tras la destitución de Rousseff.

Así lo confirmó la filtración el lunes del discurso de 15 minutos que Temer había preparado para el próximo domingo. Rousseff no dudó en denunciarlo: Temer y Cunha son "los jefes del golpe" en Brasil.