La Unión Europea está acostumbrada a las negociaciones difíciles y a sacar acuerdos de la chistera en el último minuto. Ha ocurrido en el pasado en innumerables ocasiones. En esta, sin embargo, todo apunta a que la trascendental cumbre de líderes europeos sobre el brexit, que se celebra hoy en Bruselas, concluirá sin los avances esperados, con las negociaciones sumidas en un nuevo y peligroso punto muerto y con un escenario de no acuerdo más posible que nunca.

«Desafortunadamente, el informe de Michel Barnier, negociador jefe de la UE, y el debate de la Cámara de los comunes de ayer (por el lunes) no me dejan razones para el optimismo», reconoció el presidente de la UE, Donald Tusk, tras la cumbre social tripartida celebrada con los agentes sociales y empresariales. Los 27 dieron hace tres semanas en Salzburgo hasta el Consejo Europeo de octubre -que arranca con una cena y proseguirá el jueves- para despejar el camino a un acuerdo de divorcio amistoso y constatar progresos en la negociación, pero este calendario ha terminado saltando por los aires.

Según fuentes diplomáticas, todo estaba previsto para que el pacto de divorcio, incluida la solución para la frontera entre Irlanda e Irlanda del norte, quedara cerrado el pasado domingo durante una negociación «cara a cara» de última hora entre el negociador europeo, Michel Barnier, y su homólogo británico, Dominic Raab. De esa forma, podría quedar finalmente finiquitado para la reunión de sherpas -los negociadores de los 27 Estados miembros- prevista el lunes por la tarde en la que estaba previsto también analizar a contrarreloj el primer borrador sobre relación futura entre la UE y Reino Unido. El martes se presentaría a los ministros de asuntos europeos y hoy miércoles a los líderes de los 27.

El encuentro del domingo terminó en fiasco y con ello se esfumaron las esperanzas de constatar «progresos decisivos» hoy. «Hay algunas cuestiones abiertas, incluida Irlanda. Hace falta más tiempo para encontrar el acuerdo global y esperar los progresos decisivos que necesitamos para finalizar esta negociación sobre la retirada ordenada del Reino Unido», resumió Barnier poco después de informar a Tusk.

El francés subrayó que han trabajado mucho en las últimas semanas con las autoridades británicas para llegar a un acuerdo global sobre el objetivo de retirada ordenada de Reino Unido y reconoció que necesitan «tiempo» y «calma» para terminar de allanar el divorcio. «Esa salida tiene que ser ordenada para todo el mundo y sobre todos los asuntos, incluida Irlanda. Necesitamos encontrar una solución para que no haya en ninguna hipótesis una frontera dura en Irlanda», precisó. Algo que hoy no garantizan las propuestas del Reino Unido, que, a su vez, ha rechazado todos los planes e ideas presentados por la UE para garantizar una frontera blanda en la isla de Irlanda. «Claramente no estamos ahí», reconocen tanto los diplomáticos europeos como Barnier.

propuestas concretas / Lo primero que hará Tusk hoy es pedir a la primera ministra británica, Theresa May, que presente «propuestas concretas» para desbloquear cuanto antes la negociación y alejar el escenario cada vez más probable de un brexit caótico. «Hay que encontrar una solución creativa que permita proteger nuestros valores, el mercado único y a la vez respetar plenamente el Reino Unido y su soberanía. El objetivo tiene que estar claro para todos, pero igual hace falta una nueva manera de afrontar las cosas».

Inicialmente no estaba previsto que la premier acudiera a la sede del Consejo hoy, pero el polaco ha decidido invitarla para escuchar su postura antes de que los 27 evalúen ya sin ella en la sala la situación. «Tal y como lo veo, la única fuente de esperanza para un acuerdo por ahora es la voluntad y la determinación de ambas partes», avisÓ Tusk. De momento, no está claro si los 27 decidirán convocar una nueva cumbre en noviembre pero, de convocarse, según fuentes diplomáticas, podría servir más bien para afrontar los preparativos de un brexit sin acuerdo.